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Adeline Targaryen.

Sonreí como tonta al ver la pequeña nota de Aemond en la mesa. ¿ Iría? Si ¿ Por qué? Porque quería conocerlo mejor y algo me decía que no era como quería demostrarle a los demás.

Me cambie por un vestido azul marino y me trenze el cabello yo misma. El rey me había dicho que solo vendría mi padre y que iría con el a un lugar extraño para conocer al resto de mi familia. Aunque yo solo quería comer el pastel de zanahoria que hacían en la cocina, entrenar con Aemond, bordar con Helaena, volar en el bonito dragón dorado con Aegon y pasar tiempo con el. Aunque la mayor parte del tiempo no entendía sus comentarios.

Cuando estaba a punto de salir de mi habitación la reina Alicent entro a ella y sonríe.

—Hola querida — sonrío.

—Su majestad — me reverencie.

—No hace falta que tomes ese tipo de formalidades conmigo — poso sus manos en mis hombros y los acaricio. Evite hacer muecas por el dolor — Hable con mi esposo y hemos tomado la decisión de que tendrás un guardia, una espada juramentada.

¿ Qué? No.

—No hace falta.......

—Ya lo escogí por ti — sonrío y le hizo señas a un hombre de cabello largo para que entrada — El es Sir Harwin Strong.

Arrugue el entrecejo. Había escuchado ese apellido una vez que Aemond lo había mencionado en una conversación con Sir Cole en uno de los entrenamientos, pero no le tome importancia. El hombre era alto, cabello largo y . Hizo una reverencia y la correspondí con una sonrisa.

—El sir te seguirá a donde vayas — la reina sonrío —Nos vemos en la cena.

Salió de la habitación y rode los ojos.

—Estoy a sus ordenes, princesa.

—Adeline — corregí —Solo Adeline.

—Como quiera.

—Sir, ¿ Usted me ayudaría a escapar?

Arrugo sus cejas

—No hablo de escapar de la Fortaleza — aclare —Esta noche me citaron en la biblioteca y pues no creo que la reina apruebe ese tipo de acercamiento con uno de sus hijos. Diría que son indecorosos, pero de verdad quiero aprender Valiryo para cuando tenga a mi dragón.

El hombre asintió —Muy bien, soy una tumba Adeline.

—Gracias — sonreí emocionada.

Fui a la habitación de Helaena, me enseñaría a bailar y a comportarme como una dama. Aunque eso había sido idea de la reina.

—¿ Te gusta alguno de mis hermanos?

Su pregunto de hizo sentir incómoda.

—¿ Gustarme en que sentido?.

—Cuando estas con ellos te sientes diferente, sientes tu corazón acelerado, mariposas en tu estomago. Era lo que solía sentir hace un par de años con tu hermano.

Eso me sorprendió aún más.

—¿ Mi hermano? Que yo sepa tiene cuatro años y el otro es un recién nacido.

—Hablo de Jacearys, tu hermano político. Cuando éramos niños solíamos jugar mucho, entre todos, pero las cosas cambiaron cuando Luke le saco el ojo a Aemond en una pelea con las gemelas. Al parecer mi hermano los llamo bastardos, pero no lo son.

LA GUERRA DE DOS REINAS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora