Capítulo Extra: "Crónicas de Pika: Una navidad Roja"

753 52 52
                                    

Érase una vez, varios años en el pasado.

Un tiempo en que cierto azabache, había escapado lejos, muy lejos, gracias a ayudar a cierto peliblanco, de escapar de un funesto destino.

Y por ello, el destino de un joven, que una vez quiso ser Maestro Pokemon, dio un giro, hacia una espiral de caos y destrucción.

Pero, para el joven en cuestión.

Aquellos días todavía eran distantes, y mucho menos, esperables.

Y aunque era perseguido por un coloso, como lo era la Torre de los Milagros, su cabeza estaba puesta, en un asunto mucho más serio, tan serio, que apenas le daban tiempo para preocuparse por ello.

Era un asunto serio, pero como suele ocurrir, era magistralmente estúpido, claro está.

- ...Pikachu, ¿Acaso Emy me odia? –

- No lo creo –

- ...¿Entonces, por qué me rechazó?, ¿No estábamos todo el tiempo juntos cuando estuvimos solos?, Incluso hicimos... b-bueno, tú sabes... –

- Claro que lo sé, cómo no hacerlo, cuando podía escucharlos por toda la casa... ¿sabes?, nosotros, sus pokemon, tuvimos que aguantarnos bastante, para poder darles su espacio... ¡Pero hacerlo todo el maldito tiempo, es pasarse, bastardos!, ¡Ni el pokemon más desesperado, está en celo un mes completo!, ¡Y no trates de hacerte el inocente, sus malditas salidas a "entrenar", fueron el chisme de todos los pokemon salvajes en la isla! –

- Ejem... no sé de qué hablas... además, no fuimos tan ruidosos... –

- ...¿Crees que fue coincidencia, que todos nos largáramos a vivir con el Salamace gigante?, ¡Ninguno pudo dormir durante días gracias a ustedes, que no les bastó la maldita habitación!, ¡Tengan más consideración, malditos adolescentes calenturientos! –

- ¡Cof, cof!...E-Era mi primera novia, ya ves... y-y bueno, se sentía tan bien que yo... ¡Ejem!... lo siento muchísimo –

Viendo a su entrenador inclinarse, avergonzado, mientras se tapaba su rostro con ambas manos, Pikachu bufó y sacó su libreta, comenzando a escribir en esta, con una expresión insatisfecha.

En estos últimos días, Pikachu parecía bastante inspirado.

Lo que originalmente nació, como un medio para burlarse de Ash, rápidamente se convirtió en un pasatiempo y luego, evolucionó a un trabajo serio, guiado por la "sabia" mano de Steel, que, sin saberlo nadie, se convirtió en el editor del primer libro del pokemon eléctrico.

El cómo diablos consiguió Steel, que un pokemon lograra publicar un bendito libro, es el misterio que ahora y el futuro próximo, corroerá el ingenio del azabache.

Pero eso es otra historia.

Viendo a Pikachu escribiendo con una expresión seria y atenta, Ash no pudo evitar extender su mano hace este.

- Hey, Pikachu, muéstrame qué escribiste –

- No puedo, estoy inspirado... trasmito lo patético que te vez ahora mismo, solo por ser rechazado por Emilia... una vez listo, se lo mandaré a Steel en una carta, luego le pediré que me ayude a traspasarlo al último libro, antes que se publique, será un epilogo magnifico –

- Ya veo, excelente, ahora regresa a la pokeball, rata escritora de tercera –

- ¡Libertad para los escritores! –

- ¡Cierra el pico!, ¡¿Y por qué diablos solo escribes de mí?!, ¡¿No son tus crónicas?!, ¡Escribe sobre ti! –

- Creo que eres un personaje interesante... -

Un Aura LlameanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora