Los aposentos de Suleiman.

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Al cuarto mes de haber dado a luz a Kösem, Hurrem ya podía ingresar de nuevo a los aposentos del Sultán, pero era evidente que a ningúna de las mujeres del harem le convenía que ella volviese

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Al cuarto mes de haber dado a luz a Kösem, Hurrem ya podía ingresar de nuevo a los aposentos del Sultán, pero era evidente que a ningúna de las mujeres del harem le convenía que ella volviese.

En ese mes, Mukerrem siguió el consejo de la madre Sultana para ingresar a los aposentos del Sultán, dando pase a la situación en la que se encontraba ahora, estaba en cinta, tanto ella como Mahidevran estaban en cinta, por lo que no podían ir donde Suleiman, por lo que la Madre Sultana pensaba en mandar a María, la amiga de Hurrem, sabía que ella deseaba ansiosamente ser favorita del Sultán.

Por lo que Ayer Hafsa no veía problema en mandarla.

Pero olvidaba que Hurrem tenía de su lado a la Kalfa del Harem y Al Eunuco principal: Sumbul y Nigar, al enterarse de que la Valide deseaba mandar a otra mujer a los aposentos de Suleiman, no dudaron en avisarle a la pelirroja, empezando a prepararla desde muy temprano para que se viera radiante.

Por otro lado estaba Mukerrem mirando a su hijo jugar junto a Mustafá en el jardín, sabía que una vez que Mahmud ascendiera al trono Otomano ejecutaría a todos sus hermanos, por lo que lo dejaba disfrutar lo más que podía con su hermano.

──Sultana.── Llamó la criada de Mukerrem.

──¿Que ocurre?

──La Madre Sultana le envío un vestido en felicitación por su embarazo.

──Desearía que el Sultán lo hubiera escogido para mí.── Susurro Mukerrem observando el vestido.

──El Sultán nunca a seleccionado nada para ninguna mujer.

──Si lo hizo.── Hablo Mukerrem mirando el vestido rosa.──Cuando la bruja Rusa estaba embarazada, él mismo se encargó de escoger todas las joyas y los vestidos de Hurrem, cómo la odio.

La criada guardo silencio y  ayudo a Mukerrem a probarse el vestido, el cuál le lucía y quedaba de maravilla.

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──El amarillo.──Dijo Sumbul observando las tres opciones de Vestidos.

Ya había llegado la noche, por lo que estaban preparando todo para que Hurrem entrase antes de esa mujer.

──El verde es mejor.── Contradijo Nigar, mientras veía como las criadas terminaban de rizar el cabello rojo y maquillar a la rusa.

──¡Claro que no!── Grito Sumbul escondiendo los otros dos vestidos y dejando solo el amarillo antes de que Nigar decidiría llevarse el vestido que a él le gustaba, y defendía fielmente que ese color hacia destacar a Hurrem.

──No tiene caso discutir contigo.── Dijo Nigar rodando los ojos.── Iré a ver a nuestra pequeña Sultana, quizás y necesite algo.

Nigar fue en busca de Kösem, dejando que Sumbul le pasase el vestido Amarillo a Hurrem, la cual en pocos minutos termino de ponérselo y estaba lista.

Hurrem colocó un collar que el mismo Suleiman había escogido para ella, y creyendo haber terminado, se dirigió hacia la puerta de sus aposentos.

──No tan rápido.── Dijo Sumbul con un velo amarillo en la mano se acercó a Hurrem, y empecé acomodarlo alrededor de su cara dejando solo sus ojos.── Ni se porque hago esto si es evidente que eres tú, pero por si las dudas lo dejaré allí, ahora camina mujer.

Hurrem soltó una carcajada al escuchar las palabras de su amigo y se dirigió detrás de él a los aposentos del Sultán.

Desde que ella llego al palacio por alguna razón que ni ella entendía, Sumbul se encariño rápidamente con ella, pero claro que el negaba que quería a la pelirroja, cuando la realidad es que Sumbul estaba dispuesto a matar a alguien si lastima a Hurrem o alguno de sus hijos que estaban por venir.

Una vez que estuvieron en la puerta de los aposentos de Suleiman, Sumbul le deseo suerte a Hurrem y salió corriendo de allí, dejando que la rusa entrase a los aposentos, encontrando al Sultán del espaldas.

──Mi señor.── Llamó Hurrem dulcemente con un notorio brillo en sus ojos.

Suleiman automáticamente reconoció la voz de Hurrem, por lo que volteo y se dirigió a ella, quitándole el velo y dibujar el rostro de la rusa con la yema de sus dedos.

──Mi Sultana.── Murmuró Suleiman dándole un beso en la frente, causando que Hurrem sonríese.

──¿Por qué no me llamo en todo este tiempo?── Pregunto Hurrem mirando a su Sultán.

──Fue por qué la Valide y Hatice me dijieron que te dejará descansar un tiempo del embarazo, que sería lo mejor para tí.

Hurrem miro a Suleiman a los ojos, como si no le creyese en lo absoluto lo que dijo, por lo que el Sultán sonrió levemente y tomándola de la mano se acercaron juntos al escritorio, donde había un hermoso anillo de Esmeralda.

──En todos estos meses que no te Vi, me dedique a hacerte este anillo de Esmeralda, quería que fuese perfecto para tí.── Dijo el Padisah colocándole el anillo a Hurrem, la cual miraba la pieza de arte maravillada.

Luego de eso ambos se dieron un tierno beso, dando así paso a una noche llena de caricias y placer.

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Mis ganas de hacer a Suleiman un buen esposo y padre son superiores a las que tengo de vivir.

Pero si ya llevan tiempo conmigo sabrán que si Suleiman es cariñoso y un excelente esposo, le cae la pelona. (Literalmente eso paso en las Sultanas del Imperio JAJAJA).

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Y con esto empezamos el maratón de "Las Leonas De Topkapi."

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