Mehmed con una sola mirada de Hurrem supo lo que había ocurrido, y sin preguntar nada, la abrazo.
La reina polaca dejo caer su cabeza en el hombro de su esposo, sentía un nudo en la garganta y las lágrimas no dejaban de caer, estaba segura de que en algún momento se ahogaría con sus propias lágrimas.
──No te rindas.── Susurro Mehmed al oído de su esposa.──Falta poco para que todos los que te hicieron daño paguen.
Hurrem asintió y miro un documento en el escritorio de su esposo, dándose cuenta inmediatamente lo que era.
──Mis hijos...
──Ellos no saldrán lastimados, mi ejército sabe a quienes debe atacar.
Hurrem sonrió al escuchar esto, dentro de poco todo este maldito Imperio se arrepentiría de todo el dolor que le había causado.
Con un último abrazo, Hurrem se separó de su esposo y camino de nuevo por los pasillos del Harem en busca de Sah, ella muy probablemente entendería todo.
──Lo primero que debes hacer es deshacerte de Ibrahim.── Sah Hablo cuando vio entrar a Hurrem en su habitación.── Eso desestabilizara al Imperio, ya que el es un gran estratega.
──¿Cómo?── Pregunto la pelirroja observando a su amiga.
──Te conozco Hurrem.──Dicto Sah.──Y quiero que sepas que sigo completamente de tu lado, mi lugar no ha cambiado.
──Sultana, tiene mucho para perder si esta de mi lado.
──No tengo nada que perder.
──Su Familia, Perderá a su madre a sus hermanas y hermano, su titulo y cualquier poder que haya logrado tener.
──No soy hija de la Valide Sultan.──La Sultana de sangre sonrió amargamente.──A mi hermano lo perdí el día que ascendió al trono, mi hermano es el Sehzade Suleiman, no el Sultán.
──¿Nada de lo que yo diga la hará cambiar de opinión?
──No.──La Otomana sonrió levemente.──Estamos juntas en esto, tu caes y yo caigo contigo.
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El Sultán Safavida se sentó justamente al frente del Sultán Otomano, había llegado la hora del almuerzo, la hora en la que ardería Troya.
El ambiente con cada segundo que pasaba se volvía más tensó, era una guerra de miradas interminables, los dos bandos estaban más que claros.
──Ya que estamos todos.── Mehmed empezó y miro directamente los ojos del que se hacía llamar magnífico.──Tengo que hacer un anuncio.
──¿Te irás de una vez?── Pregunto Suleiman tomando su bebida mientras observaba a la mujer pelirroja que tenía delante.
──No haga preguntas innecesarias y dejé de mirar a mi esposa.── Respondió el persa.── Como ya sabemos, tenemos una enemistad desde que se crearon los dos imperios.──Hizo una leve pausa.── Así que para no agrandar el problema y las consecuencias que traerán, hágame el favor de renunciar al trono de una vez por todas, y entronar al Sehzade Mehmed.
El silencio se hizo presente, La Sultana Ayse Hafsa miraba con odio al Sultán Mehmed, ¿Quien era el para ordenarle algo a su hijo? Y teniendo en cuenta de la magnitud de su pedido.
──¿Quien es Usted para amenazar a un miembro de mi noble dinastía?── Pregunto Ayse Hafsa.── Nadie puede ordenarle nada al Sultán Suleiman.
──No es su dinastía.── Mihrimah dejo el tenedor obteniendo la atención de todos.── Es solo una esclava que se convirtió en madre Sultana, ya que, El difunto Sultán Selim la libero, ni su propio hijo siendo el Sultán la libero, así que usted no pertenece a la Dinastía Otomana.
──¡Mihrimah, discúlpate con tu abuela!── Grito Suleiman al oir las palabras de su hija.
──Yo solo tengo a mi abuela Alka, actualmente reina regente de Polonia.── Respondió Mihrimah con una sonrisa.
──¡Haz lo que te dice tu padre!
──Majestad, ¿Me ordeno usted disculparme en algún momento?── Pregunto el Sol y La Luna mirando a su padrastro, el cuál le sonrió.
──No que yo sepa querida.── Mehmed colocó su mano en la mejilla de Mihrimah para acariciarla por un par de segundos.── Tu no tienes porque disculparte, ya que no haz dicho ninguna mentira.
Aquella escena hizo que los Otomanos se les hirviera la sangre, ¿Cómo una Otomana podía considerar a un Safavida su padre?
La respuesta era fácil, durante todos los veranos que se veían, Mihrimah y El Sultán Mehmed habían establecido lazos, por lo que fue inevitable para el Safavida ver a la pequeña niña como su propia hija.
Básicamente Mehmed había Sido el padre de André, Mihrimah y Kosem, él había estado ahí cuando alguno de los tres tenía miedo, les había contado historias cuando no podían dormir y lo más importante, cuando alguno de los tres necesitaba un abrazo paternal, él se los había dado.
Después de todo, padre es el que cría no el que engendra.
──¡Yo Soy tú padre!── Grito Suleiman enojado golpeando la mesa.
──No, soy yo.── Respondió Mehmed volteando a ver a los tres que había criado.──Preguntele alguno de ellos y vea la respuesta.
Kosem entrelazó su mano con Ahmed, para susurrarle algo a su oído, ganando un asentimiento de Ahmed.
──Mihrimah, es suficiente.── Pidió Hatice.── Discúlpate con la madre Sultana, y deja de involucrar personas.
──No.
Suleiman dominado por la ira, alzó la mano, la cuál cayó en la mejilla de Mihrimah, causando que está se hinchará considerablemente.
Estaba harto de la actitud de niña caprichosa de su hija, pedir disculpas no era tan difícil, y si Hurrem no la corregía, la corregiría el a su manera.
──¡Mihrimah!── Kosem se acercó a su hermana para revisarle la cara.
Hurrem miraba furiosa la escena, agarró el cuchillo que tenía al lado, estaba completamente dominada por la rabia, ¿Quién carajos se creía este hombre para golpear a su Sol y Luna?
──¡El Imperio Safavida le declara la guerra al Imperio Otomano!── Grito Mehmed furioso al ver que habían golpeado a su hija a la par que sostenía a Hurrem para que no cometiera un homicidio.──¡Mañana a primera hora, Topkapi caerá!
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𝐿𝛼𝑠 𝐿𝜀𝜎𝜋𝛼𝑠 𝐷𝜀 𝑇𝜎𝜌𝜅𝛼𝜌𝜄
Historical Fiction𝐇𝐮𝐫𝐫𝐞𝐦 𝐒𝐮𝐥𝐭𝐚𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐭𝐮𝐯𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐢𝐣𝐚, 𝐞𝐬𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐜𝐥𝐚𝐫𝐨 𝐲 𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚, 𝐩𝐞𝐫𝐨 ¿𝐘 𝐬𝐢 𝐕𝐚𝐥𝐢𝐝𝐞 𝐊𝐨𝐬𝐞𝐦 𝐒𝐮𝐥𝐭𝐚𝐧 𝐡𝐮𝐛𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐬𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐮 𝐡𝐢𝐣𝐚? ¿𝐐𝐮𝐞́ �...