Parte 2/?

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—Pero, escúchame, coño.

—Tengo que prepararme mental y psicológicamente para eso. No quiero.

Estaban en casa del rubio, más específicamente en su habitación descansando luego de haber salido de servicio.

Greco tirado en el puff que tenía Volkov al lado de su cama y este mismo acostado en ella.

—Hombre, eres un aburrido, nunca quieres salir conmigo—Se endereza un poco, sentándose para ver directamente al ruso.

—No soy aburrido.

—Volkov, tienes veinticuatro años y si no estás en comisaría, estás leyendo el periódico, viendo noticias y quejándote de la tv basura. Pareces un abuelo.

—Soy policía, hay que estar informado.

—Sólo esta noche deja tu sillón de abuelo y ven conmigo al Galaxy. Si quieres traes a Alek para que se divierta.

—Pero, vamos a ver... ¿Acaso no me escuchas? Sabes que necesito pensarlo, no me gusta hacer cosas así a la rápida.

—A ti no te gusta hacer nada conmigo, siempre me dejas solo. Pero hay un dios que todo lo ve...—dijo lo último con dramatismo mientras levantaba su dedo, apuntando hacia arriba.

—El chantaje emocional no es tu fuerte...

—Joder, de verdad, tío. ¿Qué tengo que hacer para que me acompañes aunque sea una vez? Tú siempre estás tenso, nervioso, preocupado... y todo por el trabajo. Nunca sales de casa, te quedas aquí... solo...

—No estoy solo, tengo a Alek.

—Alek sale más que tú. Es mayor que tú y está disfrutando de su vida. Vamos, somos jóvenes, tenemos que cagarla aunque sea por la anécdota. Para pasarla bien y tener grandes recuerdos. Y no sé, quizás encuentres el amor en el Galaxy.

—Sí, claro... eso no va a ocurrir ni en un millón de años. Los que me gustan nunca se fijan en mí... y los que sí, son unas intensas. Claro ejemplo, mira por la ventana, ven—Le hace una seña para que se acerque a donde él se encontraba y pudiera ver.

—¿Ejemplo de qué?—se levanta y se sienta a su lado para ver por la ventana que había al lado.

Una muchacha de cabello rojo estaba con unos binoculares y al notar que había sido descubierta, se agachó y cerró la cortina.

—¿Qué cojones... fue eso?

Voltea hacia el ruso, quien se levantó para bajar las cortinas.

—La loca que siempre te digo, está enamorada... u obsesionada conmigo. Cuando tengo que entrar a bañarme debo cerrar las cortinas y a veces hasta apagar la luz para que no vea mi sombra.

—Eh... vale. Dejemoslo así. Pero no me cambies de tema, estamos hablando de que si no sales conmigo hoy... no volveré a tu casa.

—Vale. Adiós.

—¡Viktor!

El rubio soltó una carcajada.

—No dejarás de molestarme hasta que acepte, ¿Verdad?

—Exacto.

Volkov suelta un suspiro y mira seguidamente a su amigo, quien esperaba una respuesta.

—Vale, iré contigo... pero sólo un par de copas.

—Me parece más que perfecto. Venga, ve a cambiarte, iré a casa para ponerme súper guapo y conquistar a alguien. Vendré por ti como a las ocho y media - nueve.

Se levanta y recoge sus cosas para poder ir rápido a su casa y arreglarse para esa noche.

—¿Tan tarde volveremos aquí?

¡¿Me fo... al director Federal?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora