Parte 10/?

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—A ver, Volkov, explícame eso de que se besaron... hoy... después de decir que no lo querías ver y no sé qué más vaina.

—¡Pues pasó! ¡¿Qué quieres que te diga?! Él me acorraló y me tomó desprevenido... pero...

—¿Por qué siempre hay un pero contigo?—Se detiene en un semáforo en rojo.

—Es verdad que yo no puse resistencia.

—¿Volkov estás seguro de que quieres alejarlo? Porque la tensión entre ustedes es mucha... y te apuesto que aumentará.

—Es que... no sé, estoy muy confundido ahora. Él me confundió aún más—Mira por la ventana, viendo como las luces de la ciudad se iban encendiendo mientras caía la noche en Los Santos.

—Sé que puede ser confuso y difícil... pero sé que con el tiempo se te van a aclarar las ideas y podrás decidir.

Algunos segundos de silencio los vuelve a romper el rubio.

—¿Qué tan mayor crees que sea?

—No lo sé. Pero sí parece que es mayor que tú—Vuelve a avanzar—¿Eso te preocupa?

—Un poquito.

—Nah, no debe ser muy mayor, porque Gustabo no debe tener ni veintinueve y parecen de la misma edad.

—¿Cómo se hicieron novios tan rápido? No han pasado ni tres días.

—Así es el amor, Volkov. Raro e inesperado.

—Estás loco. Nadie se enamora tan rápido.

—Eso crees tú.

No tardaron mucho más en llegar a casa del rubio. Quien luego de despedirse de su amigo, entró a casa por fin luego de ese día tan agotador.

—Alek, ya llegué—Anunció mientras cerraba la puerta con llave de nuevo—¿Aleksandra?

La casa parecía estar completamente sola. Seguramente su hermana habría salido con Nikolai por la ciudad.

Dio un suspiro y se acostó en el sofá.

Ese día tan agotador lo dejó rendido y se durmió no mucho después de haberse puesto cómodo allí.

La espalda lo mataría mañana, pero el cansancio pudo más.

No cabía muy bien en el sofá, pues las piernas colgaban por el otro posa brazos. A veces ser muy alto no le convenía.

Un par de horas después la pareja volvió a la casa.

—¿Volkov habrá vuelto de comisaría?

—Yo creo... porque escucho que alguien ronca—dijo riendo un poco el mayor. Pasó hacia la sala y vio que estaba en lo correcto.

Volkov seguía dormido y no parecía querer despertar en horas.

Se miraron unos segundos y sonrieron.

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A la mañana siguiente, Volkov sintió como los rayos del sol le empezaban a molestar.

Abrió sus ojos despacio, sin muchas ganas de hacerlo. Mientras se acostumbraba a la luz, analizaba el lugar donde se encontraba.

Unos segundos más tarde notó que estaba en la sala de estar. Se estiró un poco y al tener espacio suficiente para hacerlo supo que no estaba en el sofá.

Giró para ver todo con mayor claridad.

Estaba en el suelo, sobre varias mantas que simulaban un colchón, bastante cómodo a decir verdad.

¡¿Me fo... al director Federal?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora