Parte 11/?

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Pasaban los días.

Las cosas no eran fáciles para Volkov; el trabajo se le hacía cada vez más pesado, el cansancio mental era lo que más lo tenía desgastado.

El trabajo por el cual había luchado mucho, por el que derramó sangre y sudor, no le llenaba el corazón como antes. Lo sentía tan monótono.

No sabía el porqué de su desmotivación laboral. Si ese era su gran motivo por el cual luchar, ser quien ayude a la gente que lo necesitaba, proteger a su ciudad.

Había estado pensando en muchas cosas sobre su vida y lo que podría hacer. Aunque había una de ellas que no era del todo malo, en realidad, no tenía nada de malo. La cosa era que era un poco alocada.

Ahora mismo estaba en su casa, bajando las escaleras mientras buscaba a su hermana, quería pedirle un pequeño favor.

—Alek, ¿tienes un momento?

—¿Qué pasó?

—Eh... vi que tienes un tinte arriba, en el baño principal.

—Ah, sí. Es un gris platinado. ¿Por qué?

—Quería saber... si tú podrías, no sé, teñirme quizás—pidió con una sonrisa un tanto avergonzada.

—¿De verdad quieres teñirte?

—Emh... sí.

—Ok, está bien, te ayudo. ¿Pero por qué eso así de la nada?

—Es que... no sé, se me antoja un cambio. En esta casa todos rubios y me... agobio.

Su hermana arqueó una de sus cejas mientras lo miraba.

—Bueno, somos rubios porque así era mamá—Se levanta del sofá, donde estaba leyendo un libro—Y tenemos ojos azules por ella.

—Ehh, sí, fue un poco estúpido lo que dije—Desata su coleta, dejando caer su cabello.

—La verdad que sí.

Obviamente no era por eso, pero bueno, Viktor quería engañarse de que era ese el motivo.

Aleksandra se lo llevó a uno de los baños, llevó una silla y lo sentó allí para poder empezar con el cambio de estilo de su hermano.

—Debes tener cuidado sí, porque si lo haces muy seguido, te quedarás calvo de tanto químico.

—Vale.

Iban charlando mientras Aleksandra se ocupaba de todo lo demás.

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—¡Volkooov! Mueve el culo por diooos.

—¡Que sí, coño!

Cerró la puerta y fue corriendo hacia el coche de Greco. Subió junto a él

Voltea hacia Viktor—¿Oye, tú tienes un-? ¡Oh, por Dios, Volkov!—Le toma de la cabeza y mira su cabello, tomando uno de los mechoncitos que caían por su frente—Está súper bonito. ¿Tú te teñiste?

—No, fue Alek. Y gracias—Le sonrió de manera genuina a Greco, quien sonreía al ver que Volkov había salido un poco de su zona de confort.

—Te queda muy bien. Impresionarás a todo el que se te cruce por delante.

—¿Tú crees?

—Ajá. Sí, te hace ver un poco mayor, pero eso hará que arrastres corazones.

—Ay, no es por eso.

—Yo no dije que fuera por eso, yo sólo digo lo que causarás. Ya vas a ver que caen todos ante ti.

—Tampoco busco eso, Greco. Por dios.

¡¿Me fo... al director Federal?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora