Parte 9/?

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Soltó un bufido. ¿Se estaba burlando de él o algo así?

La verdad es que quería golpearlo por payaso.

—Ok, ok, escúcheme muy bien, no estoy para bromitas de esas. Yo quiero que dejemos este tema enterrado sesenta metros bajo tierra.

—¿Estás seguro?

—Sí.

—Seguirás pensando en mí.

—Correré el riesgo.

—¿Seguro, seguro?

—¿Qué te crees? ¿Qué siempre pensaré en ti y dejaré mi trabajo y mi familia de lado? No me jodas. Eso sólo pasa en las películas.

—Puede ser que sí... puede ser que no.

Empieza a caminar alrededor del escritorio para llegar hasta donde estaba el ruso y le intenta acorralar.

—¿Me vas a decir que de verdad no quieres estar conmigo? Porque yo sí quiero estar contigo, quiero probar a ver si funciona.

—Agente, está... invadiendo mi espacio.

—Invadí mucho más que eso la otra noche, lindo.

—Basta. Deje de recordarmelo cada dos por tres.

—Yo... puedo darte todo lo que tú deseas.

—Lo que deseo es que te alejes. Ahora—Sentenció el ruso, no tenía como escapar ya que había chocado con el escritorio detrás suyo.

—Sé que en el fondo no es así.

Una de sus manos fue a su espalda. Haciendo que el ruso perdiera el aliento.

—Sólo un beso te lo va a demostrar y si con eso no es suficiente... te dejaré ir.

—¿Qué dice, loc-?

Su pregunta quedó al aire ya que Horacio se apresuró a besarlo sin reparo alguno. Volkov iba a alejarlo al colocar sus manos en el pecho de Horacio, pero le fue imposible y se dejó llevar por el moreno.

Le siguió el ritmo, lento, pero aún así sentía muchas cosas en su interior. Le sacudía las ideas. Increíble como podía hacer que toda su farsa se cayera con tan sólo rozar sus labios.

Se separaron, pero Horacio quería más.

—No, ya fue suficiente.

—¿De verdad lo crees?—Iba a tomar su cintura pero Volkov lo apartó.

Ya había sido suficiente con saber que todo lo que dijo no era verdad con un beso. Seguir a más no estaba en sus planes.

Se alejó yendo hacia atrás para llegar al otro lado del escritorio.

—Ya basta. Te pido que te vayas de mi oficina, no estoy preparado para esto, no me siento preparado, ¿Ok? Ya caí muy bajo al dejar que me besaras... y peor, haberme emborrachado y acostarme contigo.

—Está bien, vale... Me iré. Si cambias de opinión, me puedes encontrar en la sede y si no estoy, dile a alguno de los agentes que me llame. Pero recuerda que yo suelo venir a hablar con Conway.

—También quiero que borres esa grabación que tienes.

—Ok, ok, haré lo que pidas.

Se acercó de a poco a Volkov, tomó su nuca para hacer que se agache y le dio un beso en la mejilla.

Sin esperar a que Volkov reaccione, pasó por su lado, yendo hacia la puerta mientras se colocaba otra vez su máscara.

Salió de la oficina y cerró la puerta tras él.

¡¿Me fo... al director Federal?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora