¡¿Me fo... al director Federal?!

Priv +18

Advertencia: +18 Grecabo.

No hace falta leerlo para la trama principal, pero tendrá algunos datos con lo que respecta a la relación de estos dos.

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Estaba esperando a la llegada de su amado.

Su cabello castaño aún estaba húmedo por la ducha que había tomado luego de arreglar cualquier desperfecto que viera en su casa.

Había cenado en la cafetería de comisaría, así que lo que menos tenía era hambre.

Nervioso, esperaba sentado en el sofá, tal vez no les daría tiempo a siquiera beber algo, pues el rubio seguramente no tendría toda la noche para quedarse.

¿Y si le mintió para contentarle y en realidad estaba a contra reloj?

Quizás debería dejar de pensar y disfrutar de su noche.

Pasaron largos minutos y marcaron las ocho y media. Oyó que llamaban a la puerta, debía ser él.

Se levantó de un salto y fue hacia la entrada para abrir. Allí estaba Gustabo, con una camisa blanca y todo su cabello peinado hacia atrás. Unos jeans negros y sus típicos piercings en una de sus orejas y en su ceja derecha.

Por unos segundos se quedó embobado viendo a su pareja, quien sonrió al ver su reacción.

Este se acercó y depositó un suave beso en sus labios como saludo.

—Hola, pasa...

—Te ves... muy lindo hoy.

—Gracias, tú también—Le toma de la mano cuidadosamente para guiarlo hasta la sala, a pesar de que Gustabo se sabía bien el camino.

Se sentaron, aún estaban tomados de la mano.

—Quisiera que hubiera sido algo más... romántico, je je, pero seguramente no tienes mucho tiempo—Se acerca, tratando de acurrucarse con Gustabo, lo cual logra rápidamente.

—Tengo toda la noche para estar contigo. Yo me acoplo a tu ritmo—Suelta el agarre de sus manos para poder pasar su brazo por detrás del castaño y así apegarlo más a él.

—¿Seguro, cariño?

—Segurísimo.

—Bueno, entonces no hay porque apurarnos...

Gustabo rió entredientes.

—¿Quieres cenar algo?

—No, gracias. ¿Y tú?

—No... eh, ahora sólo quiero estar junto a ti.

—Greco—Llamó al joven, quien levantó su cabeza para mirarlo—Tú... bueno, si yo te reclutara y si tuvieras un rango más alto... ¿Aceptarías venir al FIB?

—Eh... no lo sé. ¿No crees que es mucho para mí? Apenas y voy a ascender a oficial I.

—Yo creo que tienes muchas agallas. Piénsalo.

—Pero, yo quiero seguir siendo la envidia de todos.

—¿Por qué lo dices?—Le dio una mirada algo confundida.

—Porque soy novio del subdirector del FIB. O sea, nadie lo sabe, pero yo me creo que lo soy.

—Sí, sí lo eres—Rió para luego besar la frente de Greco, quien cerró los ojos por el suave tacto de sus labios con su piel.

Sus besos empezaron a descender por su rostro, pasando por sus párpados y luego a sus mejillas. Hasta que al fin llegó a los labios del castaño.

Greco sin separarse, empezó a acostarlo, quedando Gustabo apoyado en el posa brazos acolchonado del sofá. El más joven quedó encima mientras se besaban, separándose por segundos para recuperar el aliento y luego volver a unirse.