Destino +18 - Pedri

Bésame +18

Terminamos en un reservado de un restaurante precioso.

A mi derecha estaba Pedri, y enfrente tenía a Sira, la novia de Ferran.

Llevábamos horas hablando, ya habíamos cenado y nos estábamos comiendo el postre cuando la pregunta del millón llegó.

- ¿Y tu Elara? ¿tienes novio? -preguntó Sira y sus ojos volaron un segundo hasta Pedri.

Nota mental: darle una colleja a Pedri.

- No, hace poco salí de una relación algo mala, bueno, en realidad cortamos unas cuantas veces y volvimos unas cuantas más. -expliqué con una risa nerviosa.

- Nunca entendí como terminaste con él, siempre te dije que te merecías más. -habló Ferran.

- ¿Lo conocías? -le preguntó Pedri a Ferran.

- También juega, en.. -le callé con una patada debajo de la mesa.

No.

Su nombre estaba literalmente prohíbido después de todos esos años.

Ferran se quejó y vi como Pedri me miraba de reojo.

- Solo fue una historia complicada, nada más, pero no, no estoy con nadie ahora. -terminé.

La conversación cambió por completo, gracias a Sira que empezó a hablar de otros temas.

Le agradecí muchísimo eso.

Estuvimos un rato más hasta que se hizo tarde y como al día siguiente yo trabajaba, salimos fuera del restaurante.

Ellos tenían que dar una vuelta enorme para llevarme a mi, así que después de una discusión tonta, terminaron cediendo a que me fuese caminando.

Necesitaba aire después de la conversación que habíamos tenido en la mesa.

Pero bueno, mi plan no salió a la perfección.

Sí me fui caminando, pero no sola.

Pedri empezó a caminar a mi lado después de despedirnos de Ferran y Sira, entre gritos del primero diciéndome que no iba a dejar que yo desapareciera de su vida otra vez.

Cuando llevábamos un rato caminando en silencio, yo lo miré.

- ¿Quién era ese chico? -preguntó mirándome.

- Nadie, fue mi novio unos años, pero las cosas no salieron muy bien, discutíamos mucho y cuando yo pasé una mala racha con mis padres, él se encargó de ponerme los cuernos delante de millones de fans. -expliqué.

- Ferri ha dicho que era jugador, dime su nombre, Elara. -por primera vez dijo mi nombre y mi cuerpo tembló por completo al escucharlo.

Y entonces recordé la cara de Ferran al principio de la noche, cuando había dicho que esa semana tenían un partido.

Contra el Atlético de Madrid.

Él iba a estar ahí.

No podía decirle el nombre.

- No puedo.. solo, déjalo, por favor.. -pedí casi en un susurro.

Mi cuerpo tembló de nuevo, pero esta vez de frío.

- Ven aquí, rubia. -sonrió dejando de lado el tema y pasó un brazo por mis hombros.

Me hacía sentir bien, su cuerpo era cálido contra el mío y su presencia me hacía sentir segura y tranquila, aunque a veces me pusiera nerviosa y quisiera tirarle algo a la cabeza.

Me apoyé contra su cuerpo hasta que llegamos a mi casa y nos separamos.

Sabía que Alison ya no estaba ahí.