Reposo +18

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Después de abrir los ojos por primera vez en el hospital, había llegado Ferran con Sira.

No había parado de llorar mientras me abrazaba, y aunque yo estaba en la camilla sin poder moverme mucho, le había abrazado a él también.

Había estado con su familia cuando Alison avisó a Pedri y no se enteró hasta que la misma familia del canario le contó lo que pasaba.

Ahora estaba en casa, unos días después, de los cuales no me habían librado de ninguno de los cuatro.

Sira se había tenido que ir por asuntos familiares.

Pero Ferran, Pedri, Gavi y Alison no se separaban de mi en ningún momento.

Cabe decir que con una pierna rota no podía hacer mucho y a parte tenía la espalda llena de moratones.

Me dolía el cuerpo horrores.

Les había explicado lo que había pasado en el estudio, como Joao me había empujado.

No sabíamos nada de él, había borrado la foto de intagram y no daba señales de vida, pero me importaba muy poco lo que hiciera.

Acababa de despertarme, era por la mañana y sabía que Alison estaría trabajando, así que solo estarían los chicos en casa.

Miré mi mesilla de noche, en donde una pequeña campanita roja descansaba.

"Ring for sex"

Eso decía la maldita campanita que Pedri había ido a comprar para cuando yo necesitase algo.

Me reí justo cuando la hice sonar, me encantaba ver su cara al entrar en la habitació.

Unos segundos después su cabeza y una sonrisa preciosa aparecieron.

- ¿Eso es que ya podemos tener sexo o que quieres levantarte? -preguntó viniendo hacía mi.

Yo solté una carcajada.

- Tengo hambre. -admití.

- Gavi y Ferri estan haciendo el desayuno. -contestó mientras me ayudaba.

- Eso no suena muy bien, por favor que no me quemen la cocina. -pedí entre risas.

Pedri soltó una carcajada y salió conmigo de la mano, con cuidado, hasta el salón.

Me senté en el sofá y él se sentó a mi lado.

- ¿Cómo está la princesa? -preguntó Ferran y casi le tiro la muleta por la cabeza.

- Cada día te odio un poquito más. -le sonreí con dulzura.

Él soltó una risa, seguida de los otros dos.

Gavi llegó con un plato de huevos revueltos y me lo dio.

- Sorprendentemente hoy no están quemados. -me reí al verlos.

- Eso es porque hoy los ha hecho Pedri, nosotros solo los hemos puesto en los platos. -admitió Gavi y yo solté una carcajada.

- Tenemos entreno en dos horas, te quedarás un rato sola hasta que vuelva Ali. -explicó Pedri.

- No voy a morirme sola, no te preocupes. -aseguré.

- Ya, pero tienes que ducharte y ya sabemos como terminó la última vez. -sonrió Gavi.

Mal.

Había terminado en un caos absoluto.

Pedri se había ofrecido a ducharme, pero bueno, las cosas habían subido de tono bastante y mi pierna no había ayudado mucho al tener que estar de pie.

Destino +18 - PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora