Destino +18 - Pedri

Tampoco con él

Me había pasado el día anterior nerviosa, sin saber muy bien como hacerlo todo, pero al final había conseguido arreglármelas.

- No te preocupes, llegaré a tiempo, he quedado con Marta en el estudio, pero me da tiempo para ver empezar el partido. -expliqué vistiéndome y metiendo la camiseta de Pedri en mi bolso para ponérmela después.

- ¿Segura? puedo ir contigo Eli. -se ofreció.

- Gavi te está esperando para verte antes de que empiecen. -hablé.

- Y Pedri espera con él, para verte a ti. -atacó ella.

- Dile que lo siento, que estaba en el trabajo, pero estaré ahí justo antes de que empiecen, tengo que irme, te quiero. -besé su mejilla y bajé corriendo.

Me metí en un taxi, para llegar antes y justo cuando estaba llegando escribí un mensaje a Pedri.

"Espero que me dediques esos goles que me prometiste, llego tarde, pero estaré ahí, campeón"

Le dí a enviar y guardé el teléfono.

A esa hora no había nadie en el edificio, nadie a parte del portero en la puerta.

Supuse que habría dejado pasar a Joao y subí las escaleras.

Efectivamente, él ya estaba ahí, sentado en uno de los sillones con su típica sonrisita.

- Estoy aquí, ya puedes borrar la foto. -hablé entrando.

- Hola bonita, yo también me alegro de verte, hacía mucho que no estábamos tu y yo solos. -se levantó caminando hacia mi.

- Y no volveremos a estarlo, la foto, ya. -mi voz sonaba firme, quería irme lo más rápido posible.

- ¿Te está esperando él? -su sonrisa se desvaneció.

- No, borra la foto y podré irme. -me empecé a poner nerviosa.

Su mano cogió mi brazo, con fuerza.

- No puedes estar con él, Elara, no puedes dejarme a mi. -apretó más fuerte y se acercó más a mi.

- Puedo estar con quien quiera, tu rompiste lo nuestro, no fui yo Joao. -intenté zafarme de él.

- Siempre vas a ser mi bonita. -y entonces intentó juntar sus labios con los míos, pero giré la cabeza a tiempo.

Conseguí que me soltase el brazo y salí corriendo hacia las escaleras.

Maldito ascensor como siempre iba mal.

Pero no llegué a las escaleras.

Volvió a cogerme del brazo y hizo que casi me cayera hacia atrás.

- Si no vas a quedarte conmigo, tampoco vas a estar con él. -su voz sonó tan grave y dura que un escalofrío de miedo me recorrió el cuerpo.

Y cuando quise darme cuenta, me había soltado el brazo y me empujó con fuerza.

Mi cuerpo cayó deprisa y dejé de oír y ver nada.

NARRA PEDRI

Estábamos jugando, era la maldita semifinal y yo no estaba concentrado.

Algo no iba bien.

Alison había venido sola y había recibido el mensaje de Elara, diciendo que llegaría, pero estábamos acabando la segunda parte del partido, y el asiento al lado de Alison seguía vacío.

Ella no paraba de llamar con el teléfono y ni siquiera había celebrado los goles.

Nada.

Ella no estaba.