𝗟𝗼𝘂𝗱 キ 𝘴𝘦𝘰𝘬𝘴𝘰𝘰

XXXV

—Josh, Minnie —la señora Lee interrumpió la conversación de los jóvenes, haciendo que los cuatro se voltearan a verla, la mujer les hizo una seña para que se acercaran, saliendo del comedor para ir hacia la puerta, seguida por los dos jóvenes.

Ya lejos de los otros chicos, la mujer se dignó a hablarles, mientras se acomodaba su abrigo.

—Nosotros ya nos vamos, niños —dijo—, quiero que la pasen bien, y disfruten mucho —añadió, su mirada pasaba de Seokmin a Joshua.

—Pero... ¿Por qué no le dice eso sólo a Seokmin? —preguntó el pelirrojo, con una idea de la respuesta pero incapaz de creer que la señora Lee diría algo así.

Por otro lado, Seokmin no entendía a qué se refería, su madre ya le había dicho lo mismo más temprano, y ahora se lo repetía.

La señora Lee soltó una carcajada, divertida por ambos chicos.

—Volveremos mañana, luego del desayuno —dijo en vez de responder—. Así pueden hacerlo tranquilos —les guiñó un ojo, sonriendo de forma pícara.

Joshua abrió los ojos con sorpresa, su madre postiza en verdad estaba hablando de lo que creía.

Seokmin se ruborizó completamente en pocos segundos, cubrió su rostro con sus manos con vergüenza, no podía creer que su madre se refería a eso.

La señora Lee rió por sus reacciones, se despidió con un beso en la mejilla de ambos, abriendo la puerta al ver que su marido ya estaba listo.

Hasta el señor Lee palmeó el hombro de Joshua como si le diera ánimos, y antes de salir le extendió un pequeño paquete que Joshua no reconoció hasta que lo tuvo en manos, ruborizándose.

—Los hombres no pueden quedar embarazados, pero por las dudas —dijo, y lo escuchó reír aún luego de salir de la casa, cerrando la puerta a su espalda.