LVI

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Seokmin jugaba inquieto con sus dedos, mirando a todos lados del blanco pasillo, esperando que Joshua, o su madre, aparecieran por él, sintiendo agobio entre toda la blancura y el horrible olor a alcohol que hacía su nariz picar.

—¡Seokminieeee! —canturreó Joshua, el pelirrojo corrió un poco hacia él con una sonrisa, había podido notar los ojitos de cachorro perdido desde lejos.

Abrió sus brazos y Seokmin no dudó en acomodarse en el abrazo, sonriendo al sentir la calidez de su novio.

—Todo está bien, amor —murmuró el pelirrojo—. ¿Vamos a la sala de espera?

Seokmin sólo asintió, caminaron a la par, con Joshua rodeando los hombros del castaño con un brazo, hasta llegar a la dicha sala, una parte más relajada, cálida y un poco más humana comparada al resto del hospital.

—Estás muy callado, Seokmin —dijo Joshua, en cuando se sentaron algo apartados de las otras personas de la habitación.

El tono de su novio había sido suave, pero ambos sabían que había sido más una exigencia.

N-No quiero hablar —murmuró el castaño, mirando a Joshua, esperando que comprendiera.

Joshua apretó sus labios en una mueca, tomó las manos de Seokmin, acunandolas entre las suyas.

—Sabes que estoy aquí para ti, siempre —dijo—. Y no es que quiera que me cuentes qué piensas sólo para exigirlo.... Te noto mal, Seokmin, y si hablas conmigo quizás te alivie.

Seokmin mordió su labio inferior, bajó su mirada hacia sus manos, abarcadas completamente entre las de Joshua.

No qui-ero que su-fran —murmuró el castaño—, no qui-ero que llo-res, no qui-ero que les du-ela.

Seokmin sorbió un poco su nariz, aguantando las lágrimas.

No qui-ero morir —admitió.

Joshua no tenía palabras, sintió sus palabras abandonarlo, sólo atinó a abrazar a Seokmin, dejando que algunas lágrimas corrieran por sus mejillas.

—No vas a morir, Seokmin —dijo, su voz era segura.

L-La pa-san mal p-por mi cul-pa —balbuceó Seokmin, entre llanto.

—Seokmin, eres la persona que más felicidad me trajo en toda mi vida —dijo el pelirrojo—, y... Sí la paso mal cuando te veo mal, pero no se compara a toda la alegría que me da tenerte.

>> Así que no pienses en que nos haces sentir terribles, porque eres la persona más linda que pude conocer, y nunca dejes de serlo.

>> Y no vas a morir, porque nadie va a dejar que eso pase, ni yo, ni tu madre, ni los doctores... Sólo hay que pelear un tiempo, ¿Bien? Tú puedes pelear, Seokminie, lo sabes.

Seokmin no respondió, se apartó para secar sus mejillas con la manga de su abrigo.

Te a-mo, Shua —murmuró, con una pequeña sonrisa.

Joshua había logrado calmarlo, quizás no reconfortarlo del todo, menos haberlo convencido, pero entendía con todo su corazón que su novio nunca se rendiría con él.

—Te amo más —respondió.

𝗟𝗼𝘂𝗱 キ 𝘴𝘦𝘰𝘬𝘴𝘰𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora