XXXVIII

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[Esto ya es lemmon 🍋, están advertidos]

Las manos de Joshua se deslizaron debajo de la remera de Seokmin, el castaño tembló un poco por el frío tacto de estas sobre su piel, pero no lo apartó.

Con el torso del chico al descubierto, Joshua comenzó a besar, primero con cariño, luego dejando marcas rojizas, hasta llegar a los sensibles pezones de Seokmin, que lamió y succionó, sosteniendo al chico por la cintura, sintiéndolo temblar, mientras los suspiros se convertían en jadeos de placer.

Seokmin tomó la remera de Joshua, apretándola entre sus manitos, el pelirrojo se separó de él para quitársela, quedando ambos iguales, atrajo al menor hacia él, presionando sus cuerpos, mientras lo besaba de nuevo, enganchaba sus pulgares debajo de los pantalones y la ropa interior del castaño, deteniéndose un momento, como si pidiera permiso.

Notó a Seokmin detener el movimiento de sus labios un segundo, antes de asentir, dejando que Joshua terminara de desnudarlo completamente.

Girando a ambos, dejó a Seokmin acostado sobre las sábanas, conforme su boca bajaba por el torso del castaño, lamiendo y besando su piel, con sus manos acariciando sus muslos, notando el miembro del chico, que comenzaba a elevarse.

Joshua se apartó un momento para quitar la ropa de su parte inferior, no sin antes tomar el tarro de vaselina del regalo de Soonyoung, que había puesto en su bolsillo antes de subir, dejándolo sobre la mesa de luz.

Regresó a la cama, para colocarse sobre Seokmin, gateó un poco para llegar hacia su rostro, sonreír, y luego volver a besarlo con intensidad, recorriendo la boca del otro con la lengua.

Bajó sus caderas para friccionar su miembro contra el del menor, sacando un jadeo de ambos, endureciendolos aún más, fue a besar de nuevo el cuello de Seokmin escuchando los sonidos que salían de sus esponjosos labios con cada roce, fue aumentando la velocidad.

Shua - llamó Seokmin, agitado, si el chico seguía así acabaría antes de que pudieran avanzar más—. Den-tro —masculló, con algo de dificultad por las sensaciones que recorrían su cuerpo.

—¿Ya quieres que entre, lindo? —preguntó el pelirrojo, sólo para ver al castaño asentir, con necesidad—. Lo que mi bebé deseé.

𝗟𝗼𝘂𝗱 キ 𝘴𝘦𝘰𝘬𝘴𝘰𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora