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Me levanté más temprano que Mérida, la luz del día asomaba por su ventana. Noté que estaba rodeándola con mis brazos, abrazándola. Sentí mis mejillas arder nuevamente y quité mis brazos lentamente para no despertarla.

Busqué mi camisa y sudadera, me las coloqué y fui al baño a lavarme la cara y hacer mis necesidades.

Al salir del baño Mérida seguía dormida, vi el reloj que estaba en su mesita, las 11:30 am.

-Mer- susurré- Mer- moví lentamente su brazo pero no despertaba- Ángel despierta- abrió sus ojos lentamente. Sonreí.

-Hola princeso- dijo adormilada.

-Buenos días- se talló los ojos y luego soltó un bostezo.

-¿Qué hora es?- pregunta.

-Las once y media.

-Es muy temprano- se quejó, reí levemente por su comportamiento- ¿quieres mostrarme la ciudad?

-¿Yo?

-Si Hicc tú- me sonríe, asiento varias veces.

-Cla... claro.

-Bien. Solo me visto, bajamos a desayunar y nos vamos- se levanta y busca su ropa para meterse al baño.

Tardo unos minutos en darme cuenta que he dormido aquí, con ella, toda la noche.

-Listo.- anunció ella sacándome de mis pensamientos. Llegamos a la puerta y la abrí cuidadosamente para no hacer mucho ruido, me hice a un lado para dejarla pasar primero.

Recorrimos el pasillo hasta llegar a las escaleras para bajarlas e ir directamente a la cocina.

-¡Mérida! Creí que te levantarías más tarde- dijo Moddie sorprendida-¿Ya te sientes mejor?- preguntó acercándose más a ella, hasta que se percató que estaba yo. Abrió mucho sus ojos que pensé que se le saldrían-¿Porque no me dijiste que venia tu... Hiccup?- preguntó ella.

-Si me siento mejor. Hiccup acaba de llegar, va a llevarme a conocer Dember- explicó.

-Oh, ya veo. Siéntense ahora mismo les sirvo- nos dijo.

Mérida y yo nos sentamos en unos bancos de una pequeña mesa y esperamos a Moddie quien venía con demasiados platos llenos de comida. Me sirvió cinco platos y yo tenía ganas de vomitar de ver tanta comida.

-Provecho- dijo Moddie para después retirarse. Yo me quedé viendo los cinco platos, todos llenos. Es de mala educación dejar comida en el plato cuando estas en casa de un invitado... pero, no soy capaz de comerme todo esto.

Comencé por comerme lo más "ligero" que era un plato que contenía cinco wafles con miel en cima. Sabían deliciosos.

Al tercer wafle ya estaba lleno, pero seguí comiendo hasta poder acabar. Había pasado solo una hora para terminar los mendigos wafles, miré de reojo el plato de Mérida, estaba por terminarse el quinto plato. Miré los otros cuatro platos míos y luego los vacíos de

-Creo que voy a vomitar- dije tapándome la boca.

-No te lo comas- dijo termina dice el vaso de jugo, no me había dado cuenta de su existencia- fue suficiente con los wafles- me sonríe.

-Pero... no. Es de mala educación...

-Tranquilo, les llevaré esto a los trillizos...- el ruido de un pato interrumpió a Mérida. Los dos miramos hacia la izquierda, que era de dónde provenía el sonido. Después de esperar alguno segundos apareció Blank, el pato de los trillizos.

-¿El es Blank?- pregunté, sin dejar de mirar al precioso animal.

-Sip, el es el famoso Blank... toma esos dos platos- señaló los platos de mi lado izquierdo. Ella cogió los del lado izquierdo. No tenía la menor idea de lo que quería hacer- Ven Blank, hora de comer- zarandeó levemente los platos y se dirgió hasta su patio trasero, donde se halla un galgo negro y una pequeña mancha blanca en su ojo izquierdo.

Mericcup:My guardian angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora