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Frío día en la mañana, araño las frazadas sin deseos de salir nuevamente de casa. Estoy asustado y agobiado, me levanto. Con un nudo en la garganta me dirijo al colegio.

Entonces lo veo a él, al que antes llamaba "amigo" con los brazos cruzados al principio de la puerta, dándome una mirada de asco y odio. Sigo pensando que es lo que hice mal para que me diera la espalda. Bajo la mirada evitando sus ojos esperando (igual que siempre) pasar desapercibido por él y no me moleste.

-Haddock- me llama y mi respiración se acelera, quiero huir, salir corriendo y esconderme.

-¿No nos saludas?- dice Eret, tomándome del cuello de mi sudadera. Los otros chicos más grandes que yo se acercan, listos para empezar el nuevo día.

Los baños son su lugar favorito, me llevan hasta el último baño (ya que es el más grande) y comienzan a empujarme.

-¡Estúpido!

-¡Idiota!

-¡Eres un fracaso!

-¡No sirves de nada!

Dejaron de empujarme y comenzaron los golpes, mientras seguían diciéndome cosas horribles.

-Tu eres inferior y yo superior- dijo su líder y agradecía que no fuera él, si no Eret.

Me estrelló contra el sucio piso, me
tomó del cabello y me metió papel a la boca.

-¡Limpia el piso! ¡Límpialo Haddock!- me azota nuevamente y mueve mi cabeza sim cuidado alguno.

-¡Que asco! ¡Debería darte vergüenza Hiccup!- dijo él.

Cinco minutos después suena el timbre, indicando que las clases han comenzado.

Todos se van y me atrevo a levantar la vista y veo que me está viéndome pero no con la misma expresión de hace quince minutos. Desvió la mirada y salió. Me quedé ahí intentando aguantar las lágrimas.

Me levanté minutos después y me lavé la cara y manos. Salí del baño intentado caminar lo más normal que podía hasta llegar al salón de Física. El profesor aun no había llegado así que tome asiento hasta el rincón, sintiendo todas las miradas sobre mi. Dejé mi mochila aún lado y me recargué en mis brazos, esperando que la clase comenzará.

Mis calificaciones no son buenas pero tampoco voy tan mal, hago mi mayor esfuerzo ya que es lo que me queda. Privado de amigos... nunca he sido como los demás: soy tímido, no juego fútbol y me gusta dibujar.

Mis intentos por integrarme al grupo siempre han fracasado. Mal momento cuando asignan hacer un trabajo grupal; siempre he de hacerlo solo y los profesores me critícan, echándome la culpa solo por ser diferente.

Quisiera tener a alguien que me escuche, que me entienda, que me ayude... pero se que eso es un sueño muy lejano, a nadie le importo.

El profesor llega y comienza a poner ejercicios en el pizarrón sobre el tema visto ayer. Saco mi libreta y comienzo a escribirlos para luego resolverlos. Esta es una de las pocas clases en donde no tenemos que hacer trabajo en equipo lo cual agradezco mucho.

Al ir por el tercer ejercicio Brutacio me lanza una bola de papel que decido ignorar ya que se que me llegarán más. Las horas pasan lentamente hasta que suena nuevamente el timbre indicando que es hora del almuerzo.

Nunca me siento en las bancas de la cafetería, por lo que siempre tengo que comer en otro lugar... o simplemente esperar a que pase la siguiente clase. Hoy traigo un sándwich de jamón con queso que yo mismo preparé. No he comido en varios días y no me vendría nada mal comérmelo. Lo desenvuelvo de la servilleta y al dar la primera mordida Patán me lo quita.

-Gracias, adoro comer sándwiches- me sonríe y se come mi sándwich en frente de mí- Mmm sabe delicioso- dice con la boca llena, solo de verlo me dan ganas de vomitar. Al terminar eructa en mi cara y se va. Hago un esfuerzo por no llorar y sacar el horrible aroma de su boca apestosa de mi nariz.

El timbre suena dando por finalizado el almuerzo. Me levanto del piso y me dirijo a mi casillero para dejar algunos libros y sacar otros. A lado de mi pasa Astrid Hofferson, la chica más linda y popular de toda la escuela, suele pegarme oh humillarme dos p tres veces a la semana. Evito mirarla oh intentar que ella no vea que la estoy viendo. Vuelvo mi vista a mi casillero y termino de sacar mis libros.

Escucho como algo se resbala. Giro mi cabeza para darme cuenta que Astrid se ha resbalado y se le han caído todos sus útiles; no pierdo un segundo más y la ayudo a tomar todas sus cosas. Le tiendo la mano para ayudarla a parar, pero solo recibo una cara de asco.

-¡Agh! Tendré que desinfectar todo- me miró con desprecio- dame las cosas que te quedas mirando- le entrengué sus útiles y se fue rápidamente.

Si mi padre no me hubiera enseñado a ayudar a las chicas no la hubiera ayudado y no me miraría de esa forma... no hoy.

El día prosigue, tuvimos tres trabajos en equipo, y como siempre tuve que ir a cada grupo preguntando si me aceptaban aunque yo ya sabia la respuesta:

-¡El cara de moco quiere trabajar con nosotros! Jajajaja, lárgate de aquí.

El y yo solíamos juntarnos y hacíamos el trabajo, yo sacaba la información y el los materiales. Ahora esta riéndose de mi como todos los demás, haciendo equipo con los chicos de los que alguna vez me defendió.

Al terminar la escuela voy directamente a mi casa lo más rápido posible. Mi casa no es grande pero cabemos muy bien mis papas y yo. A la entrada esta mi perro Chimuelo, quien al verme mueve su colita y corre hacia mi para saludarme con tanta alegría yo le devuelvo el gesto.

Entro a casa y me dirijo a mi habitación sin antes servirle de comer a Chimuelo. Cierro la puerta y dejo salir todas las lágrimas que he acumulado el día de hoy. Tomo las tijeras y las paso sobre mis muñecas una y otra vez hasta que ya no sienta dolor.

Se me ocurrió otra idea, ayer me di cuenta que me gusta cubrir el dolor con el amor y se me ocurrió una idea mucho mejor!! No me gusta escribir como sufre sin alguien a su lado entonces este capítulo es la entrada de como son todos los días (porque escribir como lo maltratan todos los días se me hace muy cruel y eso no va conmigo). En el próximo cap ya saldrá Mérida... creo que va a ser una bonita historia, no lo se.
Espero que les halla gustado me tarde mucho sintiéndome culpable por primera vez de hacer sufrí tanto a Hiccup.

Mericcup:My guardian angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora