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Me miró atónito, yo solo bajé la mirada. Jamás le había gritado, jamás pude decírselo... dicen que cuando hablas las cosas que llevas guardadas por años te sientes mejor, te quitas un peso de encima pero este no es mi caso. No tenía deseos de decírselo nunca, pero por lo menos ya sabia porque lo hizo, justo como sospeche, por lo menos la primera parte.

Es increíble que halla confiado en ellos, es decir, el y yo estábamos contra el mundo. Debieron de decirle demasiadas cosas para que me hiciera todo lo que me hizo y seguirá haciendo.

Mérida y el se entregaban miradas, no sabia que se decían pero Mérida estaba roja, como ayer. Si ellos dos pelearan, no dudaría que el ganador fuera Mérida.

Me levanté del pasto, tomé mis cosas y me marché. No tenía tantas ganas de seguir ahí, me sentía incómodo, como si ellos me ocultaran algo.

No quería ir a casa, la compañía de Chimuelo es lindo y todo pero, aveces estar ahí me da melancolía.

Ya no se que hacer, necesito... solo quiero dejar de sufrir, ¿es mucho pedir? Aveces, las cosas con Mérida van bien y parece que podemos contra cualquier obstáculo, y luego vienen los problemas y se desata el desastre. En parte bueno ya que me hace acordar de mi realidad. Debería dejar de soñar y ser realista: mi vida nunca cambiara. Seré el mismo chico flacucho debilucho al que todos odian sin razón alguna.

El mundo me odia, y no entiendo porque. Sigo sin entender porque yo, que hice para merecer esto. Estoy harto, harto de no poderme defender, de ser menos, no poder ser como los demás.

El sonido de mi célula me sacó de mis pensamientos.

-¿Si?

-Hiccup, ¿donde estas?- no quería que Mérida tomará su lugar, no quería que fuera mi guardiana... solo quiero demostrarle que no soy lo que busca. Pero ya no se como hacerlo. Quiero que deje de preocuparse por mi, que me deje solo. Quiero... que sea feliz, que lleve una vida normal.

Me ha mostrado que me quiere, y que le importo. Y creo que eso en una persona "normal" lo llamaría amor, pero yo no. Sigo pensando, después de un mes de haberla conocido que solo intenta ser mi confidente, mi todo para que al final me traicione. Y lo he repetido un sin fin de veces pero Mérida me da miedo. Me saca una sonrisa todos los días, lo cual es muy difícil conseguir, pero ayer...- ¿Sigues ahí?

-No tienes porque preocuparte por mi, Mérida. Estoy bien tengo dieciséis años.

Ella suspiró.

-Hicc... yo fui quien le dijo a Frost que viniera a hablar contigo. Ayer y yo me peleé con el...

-Basta, no me importa lo que le pase.

-Hiccup... perdón.

-No has hecho nada, ¿de que te perdono?

-Precisamente de eso. Me diste la tarea mas importante y no la estoy cumpliendo.

-Ser mi ángel guardián no significa que lo tengas que cumplir. Solo lo dije porque no quería que fueras mi amiga, que en realidad serias traidora como el.

-Necesitamos hablar.

-¡Por Thor! ¡Mérida! ¡No quiero hablar contigo! ¡Quiero que me dejes en paz! ¡Quiero que seas feliz con alguien que no sea yo! ¡Deja de preocuparte por mi!- grité desesperado.

-Hiccup...

-Puedo ayudar...

-No, no no quiero- susurré, me sentía mal hablarle así a Mérida. Estaba mintiendo en todo, odiaba mentir y no sabia porque lo hacia. Quería a Mérida, quería que estuviera a mi lado siempre, que ella sea la razón por la cual sigo vivo, no quiero que se aleje de mi. No... no quiero que me deje solo.

Mericcup:My guardian angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora