10

949 96 34
                                    

Dedicado a: Chulychusi y summerroberts123 que al igual que todas han esperado esto por años, espero que les guste :D!!

Eran las siete de la noche, me había bañado y tenía puesto mi traje. Me miré por quinta vez al espejo, perfeccionando mi atuendo. Opte por llevar mi cabello como estaba, algo peinado que no se viera muy formal pero tampoco despeinado. Las manos me sudaban, era mi primera vez que asistía a este tipo de eventos, y aunque debí de ser yo quien la invitara me agradó mucho que ella me invitara.

Unas palabras de aliento no me vendrían mal en estos momentos, un "buena suerte Hicc" "Todo saldrá bien" "Diviértete" "Si se puede hijo"... oh lo que sea pero solo éramos yo y Chimuelo, yo mismo debía intentar alentarme a que nada malo pasará aun que se que pasará.

-Bueno, deséame suerte Chimuelo- salí del baño y miré a mi perro. Tomé aire y salí de casa. No tenía en donde llevar a Mérida y creí que la mejor opción sería caminar, como todos los días.

Al estar en frente de su casa toqué el timbre y la puerta se abrió de golpe. Dejando ver a Mérida con un hermoso vestido azul marino que le llegaba hasta las rodillas. Se veía bellísima.

-Te vez... estas... eres... hola- ella rió por mi comportamiento pero no era una risa burlona.

-Hola- saludo ella.

-No traigo un auto o bicicleta o alguna otra cosa donde podamos llegar un poco más rápido, ¿no te molestaría caminar?- pregunto nervioso. Comienzo a sentirme un idiota por no traer algún medio de transporte.

-No me molesta en absoluto, no te preocupes- me sonríe. Nos tomamos de las manos y damos marcha hacia el salón donde está planeada la fiesta. Mas o menos ocho cuadras de aquí. Hago esto porque no tengo muchas ganas de llegar temprano, mientras más gente halla mas fácil nos perderemos.

Comenzamos a hablar de diferentes temas, hasta que llegamos al famoso salón. La música no sonaba muy fuerte y se notaba que ya había bastantes alumnos adentro.

Tomé aire y apreté ligeramente la mano de Mérida.

-Jamás he asistido a estos bailes- confieso mientras nos adentramos al baile.

-Yo tampoco- me dice al oído.

Mis soPechas se hicieron realidad, casi toda la escuela estaba aquí, así que no fue muy difícil pasar desapercibidos... aun. Querida disfrutar la fiesta, pero no se me ocurría como hacerlo. Creo que, ya lo estaba disfrutando con la compañía de Mérida. Miraba a toda la gente, sin prestarle mucha atención a las palabras de Mérida no esta bien pero era costumbre buscarlos a donde sea que valla, independientemente si voy acompañado o solo.

-Hiccup- si voz hizo que volviera mi vista a ella.

-Perdona, ¿que decías?- bufó.

-¿Quieres bailar? Ven vamos adoro esa canción- comenzó a sonar Thousand years esa canción era para parejas.

-Yo... no... no se... no se bailar- juego con mis dedos con la mirada hacia abajo.

-Es fácil y divertido yo te enseño- me anima.

-Yo creo...

-¡Vamos!

Mérida me jala hasta la pista, puedo sentir algunas muchas miradas sobre mi y Mérida.

Colocó sus manos sobre mis hombros y guió las mías hasta su cintura. Mis mejillas estaban ardiendo, su cercanía me ponía nervioso.

-Solo muévete al ritmo de la música, derecha e izquierda, mira mis pies- antes de hacer lo que me pidió cogí su mano, la otras la deje donde estaban, bajé la mirada hacia nuestros pies. Intentaba coordinarme, cuando ella iba a la izquierda yo iba a la derecha y si ella iba a la derecha yo iba a la izquierda.

-¡Patas chuecas!- gritó Brutacio.

-¡Sáquenlo no sabe bailar!- gritó Patán.

-Mérida...

-Ignóralos, solo estamos tu y yo.

-Pero... te estoy pisando, tengo dos pies izquierdos- ella me sonrió maternalmente.

-Lo harás bien, tu puedes. Solo estamos tu y yo- intenté concentrarme. Izquierda y derecha, no no derecha y luego izquierda.

A mitad de la canción dominaba un poco mejor los pasos, lo suficiente para no pisarla y hacerla quedar en ridículo. Entonces levante la vista, para mirar su hermosos ojos azules. Me gustaba admirar de cerca su rostro, sus pequeñas y casi invisibles pecas, su pequeña nariz, sus mejillas algo rojas. Se veía muy hermosa.

-¿Has logrado cumplir la promesa?

-Si.

Seguimos bailando pero pude notar como se agotaba la distancia hasta estar respirando el mismo aire. No sabia lo que hacia, estaba hipnotizado por sus ojos no podía dejar de verlos eran... una maravilla que demostraban todo lo que ella no dice.

Muevo mal mi pie izquierdo y resbalo, caigo al suelo y Mérida en cima de mi. Es entonces cuando vuelvo a la realidad estamos en el salón, toda la atención es para nosotros. Risas y burlas, siento mi cara arder de la vergüenza, arrastre a Mérida en esto.

Mérida me ayudó a levantarme y nos dirigimos a nuestra mesa, pasamos a lado de la fuente de queso y con mi torpeza volví a tropezar, esta vez caí en la mesa haciendo que todo el queso calera en mi. Las risas y burlas aumentaron, miré a Mérida que estaba atónita.

-¡Bien hecho idiota!

-¡Fíjate al caminar!

-¿Se te movió el piso?

Me levanté rápidamente y salí de ahí, no quería seguir escuchándolos, no quería ver a Mérida quizá ella tampoco quiera verme después de esto.

Por la parte trasera había un jardín bastante largo pero al final era otra salida. Caminaba con rapidez mientras aguantaba todas las ganas de llorar, me quitaba el queso que había caído en mi cara.

Por esta razón ella no puede estar conmigo, no... no puede ser alguien mas... aunque lo deseé.

-¡Hiccup!- escuché su voz acercarse,me limpié por última vez la cara y la esperé.

-¿Vez porque no puedes enamorarte de mi? Soy un fracaso, todos los días serán de soluciones para ti si estas conmigo... no quiero que pases lo de hace rato, lo siento Mérida- dije cabizbajo.

-No eres un fracaso, eres increíble, una persona asombrosa- se acercó más a mi- lamentablemente me advertiste muy tarde.

Porque me di cuenta muy tarde.

-Escúchame, no soy alguien...

No pude continuar, sus labios chocaban con los míos, me quedé en shock cinco segundos hasta que los moví. Sus labios eran dulces y suaves, los movía lentamente como si quisiera alargar este momento. Cerré mis ojos y dejé caer algunas lágrimas, no quería admitirlo, la quería y mucho.

-No so psiquiatra ni mucho más. Pero si te prometo esto- me susurró al despegar nuestros labios-Te escucharé, y me importará.

Ella sabia que le oculto cosas y ahora me acaba de decir que puedo co tar con ella, ella me escuchará.

Volvió a juntar nuestros labios, era la cosa mas deliciosa en todo el mundo.

Mericcup:My guardian angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora