12

893 87 38
                                    

¿Sabes qué es lo que mas me gusta de ti?- pregunta Mérida mientras caminamos por el parque tomados de las manos hacia su casa.

Negué repetidas veces.

-Tus ojos, tus grandes enormes ojos que dejan ver un alma pura- Mérida toma sus ojos y los abre mas de lo normal dejando ver sus hermosos ojos azules. Reí levemente por su cara- y tus hermosas muñecas- dijo más calmada.

-Son un asco- le dije borrando mi sonrisa.

-Claro que no, son las muñecas mas lindas que he visto, si pudiera te las quitaría y me las pondría.

-¿Y porque no lo haces?

-Porque me gustan que las lleves tú- sonreí- ¿sabias que eres una persona valiente?

-¿Valiente?- la miré confuso.

-Eres una rosa en un frío invierno, el único sobreviviente.

Me consideraba todo menos valiente, ni siquiera años atrás me habían dicho que era valiente.

Llegamos hasta su casa, no era tan tarde pero necesitaba hacer las tareas y procesar todo esto.

-Vendré temprano mañana- le dije al estar enfrente de su puerta.

-Aquí te espero.

Asentí.

-Hicc, quiero que sepas que esta fue la mejor noche de mi vida.

-Creo que te gustan los desastres- le sonreí y ella rió.

-Si, eres mi hermoso desastre- me dio un beso en la mejilla para entrar a su casa. Me quedé ahí, parado en frente de su casa, mirando a la nada. Aun no me acostumbraba a sus pequeñas pero muy importantes muestras de afecto. Me lleve mi mano hasta mi mejilla para luego sonreír como bobo.

-Adiós, ángel.

Si media vuelta y me dirigí a casa. Jamás fui fan de las historias de amor, porque no todas tenían un final feliz... pero si no arriesgas para ganar... creo que, mi felicidad puede volver. Parezco que estoy perdido y ella es la esperanza, la persona que me ayuda a encontrar de nuevo el camino.

Llego a casa y subo a mi cuarto para finalizar las tareas de Brutacio. Intento concentrarme todo lo que puedo pero a mi mente viene Mérida, callándome de una linda manera. Sus dulces labios sobre los míos... no podía sacarla de la cabeza. Me era imposible.

Había pasado una linda semana con Mérida, me sentía mucho mejor ya no había tantos golpes e humillaciones , claro que insultos no faltaban... pero se que cuando las cosas están bien en la escuela oh en cualquier lado es porque pasará algo peor. Y eso se podría llamar: mi cumpleaños. No es mi día favorito. Tengo miedo a que algo pueda pasar.

Camino a casa de Mer solo pensaba en eso, me aterraba lo que fueran a hacerme... y por otro lado tenía una pizca de esperanza esperando (igual que siempre) que se olviden de ello.

Toco la puerta de su casa pero en vez de salir ella sale Moddie, quien se sorprende al verme (igual que siempre)

-Hiccup, ¿qué haces aquí?

-Mérida y yo siempre nos vamos juntos- explique jugando con mis dedos.

-Mérida salió hace cinco minutos- dijo ella, el miedo me invadió. Ella me dejó.

-Oh... bueno gracias Moddie, ya... mejor me voy- me di media vuelta y comencé a caminar hacia el colegio. No esperaba que Mérida supiera de mi cumpleaños, eso seria lo peor que podría pasarme, solo esperaba que me acompañara, el 6 de junio es una fecha terrible y ahora que ella estaba conmigo... tal vez podría pasarla mejor.

Mericcup:My guardian angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora