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-¿Jack Frost?- dijo incredulidad y odio.

Asentí. No he dicho su nombre desde ese día, nisiquera lo menciono en ningún lado. Bastante ya me había hecho solo por llamarlo por su nombre.

Mérida golpeo fuertemente la mesa haciendo que me sobresaltara. Se dirigió a su asiento.

-¡Me lo prometiste! ¡Eres un idiota!- le gritó en la cara, mientas lo tomaba por el cuello de su camisa- ¡Me prometiste que tu no habías sido!- rápidamente me acerqué a donde estaban ellos dos.

-Puedo explicarte- dijo él.

Mérida lo azotó contra la pared.

-¡Te consideraba mi amigo Frost! ¡Confié en ti!- confiaste en un traidor. Mérida alzó su puño e inmediatamente me metí en el pequeño espacio que los separaba, listo para recibir el golpe.

-Muevete Hiccup- dijo Mérida.

-Ya... ya vámonos Mer- tartamudee. La tomé de la mano- por favor- susurré suplicando. Mérida me miró y luego a él. Lo soltó de la camisa.

-Esto no se queda así- amenazó ella.

Salimos del salón, Mérida estaba furiosa, pero intentaba aparentar estar normal, pero cuanto más lo intentaba mas cerraba sus puños, apretándome cada vez mi mano derecha.

No hablamos, ni siquiera sabíamos a donde nos dirijamos.

-Mérida- dije en voz baja, ella apretó con mas fuerza sus puños, sentía que en cualquier momento me tronaría la mano.

-¿Que pasa?- intento sonar calmada.

-Me... me lastimas- susurré. Ella paró y me miró hasta darse cuenta de que apretaba con fuerza mi mano, al instante la quito. Ya estaba algo morada y comencé a sobármela.

Habíamos llegado a un pequeño parque, y la guié hasta un árbol, me senté debajo de el y le hice una seña a Mérida para que se sentara a mi lado. Ella me miró por un segundo y luego se sentó.

-¿Porque no me lo dijiste?- dijo fríamente.

-No lo se- mentí.

-¿Porque lo defendiste?- dijo mas enojada.

-Creo que se puede conseguir la paz por medio de la comunicación y no la guerra.

-Hiccup- sonaba mas desesperada.

-No es una gran persona, lo se... pero no podía dejar que lo golpearas, no en frente de mi.

-Se lo merece, eso y mucho más. ¿Cómo es posible que después de lo que te ha hecho lo perdones?

-Yo nunca dije que lo perdoné. Simplemente... no se porque lo hice... pero, ya ya no pienses en eso ahora- intenté tranquilizarla.

-¿Cómo quieres que no piense en eso? ¡Hiccup el era mi amigo!- me gritó.

-Es un traidor... debí habértelo dicho antes- susurré con la cabeza cabizbaja.

-Si,¡si debiste decírmelo! ¡¿Cómo quieres que te ayude si no me dices nada?! ¡Te guardadas todo y eso te esta matando por dentro! ¡No puedo cumplir el papel que acepte ser si sigues así Haddock!

-Creo que... yo... debo irme- anuncio en voz baja.

Ella suelta un bufido de desesperación.

-Si, ya me voy necesito pensar- se levantó rápidamente y se fue. Cuando ya no la vi solté un suspiro y recargué mi cabeza en el tronco del árbol.

Jamás debí haberle dicho que si. Nunca debí mirarlo. Mérida tiene una fuerza increíble, y eso me aterra. Siempre tengo que relacionarme con las personas que mas fuerza tienen.

Mericcup:My guardian angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora