| Capítulo 3: Parte I

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3. Just a taste (Parte 1)

Cuando Bright llegó a la casa de playa, la cosas de su mamá y su novio estaban empacadas y listas para salir. Miró el equipaje en la entrada antes de dejar su bicicleta cerca a la puerta. Esto pasaba casi todos los fines de semana, su mamá y su novio Víctor iban a visitar Napa donde él y un amigo tenían un viñedo. Bright se quedaba con sus tíos porque la primera vez que su madre le confió la casa sola, el castaño hizo una fiesta que causó que la mujer casi perdiera el contrato de renta. Bright estuvo castigado por casi todo el año pero en su opinión, había valido la pena.

Al sacar las llaves de su casa (las cuales tenían el llavero de Mickey Mouse que puede que sí, o puede que no haya robado de Win), la mamá de Bright apareció en la puerta. Le dio el mismo discurso que le daba todos los viernes y rodó sus ojos, asintiendo a cada una de sus palabras.

— Más te vale estar donde Moo a primera hora mañana. — Le dijo Dulce a su hijo. — Si llego a siquiera pensar que hiciste una fiesta, vas a estar en muchos problemas Bright Vachirawit.

Bright observó a la pelinegra quien tenía sus mismos ojos cafés y asintió. — Lo sé.

Ella sonrió y le dio un beso en la mejilla. — Te amo, pórtate bien.

Víctor salió detrás de ella, sonriéndole a Bright y dándole un pequeño saludo. Bright se lo devolvió moviendo la cabeza y entrando a la casa. No era muy fan del novio de su madre y aunque su única razón para no hacerlo es que él jamás sería su papá, Bright ni siquiera intentaba llevarse bien con él. Se despidió de ellos desde la sala, tiró su mochila sobre el sillón y fue hasta la cocina. Eventualmente la puerta principal se cerró y Bright suspiró, por fin estaba solo.

La casa estaba tan callada como cualquier otro día, pero en ese momento Bright estaba agradecido por eso. Aunque sus amigos le habían mandado mensajes preguntando si regresaría a la playa, él dijo que no. Solo le harían miles de preguntas de porqué se había ido de la nada, llevándose a Win y son cosas que no sabría cómo responder. En adición a eso, Flower probablemente estaría ahí y no quería lidiar con ella. Solo necesitaba un poco de tiempo para pensar.

La cabeza de Bright se había llenado de preguntas y dudas mientras regresaba a casa. Sobre lo que había pasado con Sunan, el día que pasó con sus amigos, pasando el rato con ellos como siempre. Excepto que no fue como siempre. Ese día se había despertado con Win en sus brazos y también se había puesto como loco al verlo hablar con otro chico. Le gustaba ser honesto consigo mismo y el casi cumpleañero podía admitir que tener a Win cerca lo hacía sentir bien. También podía admitir que le había fastidiado ver al salvavidas (quien estaba tranquilamente fuera del closet) hablar con su amigo. La pregunta es: ¿Por qué? Bright nunca había reaccionado de esa manera con nadie... Ni con una chica. Estar celoso no era común en él. Nunca le importó alguien lo suficiente para estarlo. Pero no podían ser celos, se dijo a si mismo mientras subía las escaleras. Solo lo estoy protegiendo. — pensó Bright, él no conocía a ese chico.

Al llegar a su cuarto, dejó salir un gran bostezo. Por ahora solo quería descansar. Por eso decidió tomar una ducha caliente e irse a dormir.

[...]

La noche de Win fue muy común. No estaba tan cansado por la siesta que había tomado más temprano. Enserio había sido la mejor dormida que había tenido desde que llegó a California y aunque para él aún era un misterio como había terminado encima de Bright, estaba agradecido que al castaño no le molestó. Bright era cómodo.

Con la escasez de cansancio, vino el aburrimiento y ya eran casi la una de la mañana. Ya se había bañado, hecho su rutina para la piel, habló con Min (una de sus amigas en Miami) sobre la posibilidad de que él fuera a New York para verlos en las competencias nacionales y ahora se encontraba comiendo un yogurt de banana mientras veía blogs de ropa en su laptop. Aparentemente las nuevas botas de agendo saldrían un poco antes de su cumpleaños y aunque no las podría usar porque estaba en California, ya se encontraba ahorrando para poder comprarlas. No se trataba de que si las necesitaba o no, él simplemente las quería.

Ride | BrightWin | Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora