| Capítulo 4: Parte III

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4. Honesty is the best policy (Parte 3)

Estoy a fuera. — Bright.

Se recostó sobre la pared al lado de la entrada cansado. Guardó su teléfono en el bolsillo y esperó pacientemente. Unos segundos después, la puerta fue abierta. Nevvy asomó su cabeza y le sonrió al chico en la entrada.

— Por fin, pensé que me ibas a dejar plantada.

Lo pensé. — No. — Dijo Bright con una sonrisa. — Solo se me hizo un poco tarde.

La chica asintió, sacándose la cola de caballo que llevaba puesta. — Pasa.

Bright tomó un gran suspiro, mirando alrededor del vecindario y entrando a la casa lentamente, era linda. Era pequeña, pero su familia no necesitaba más ya que era hija única. Cerró la puerta detrás de él y vio a Nevvy caminar hasta su sillón y sentarse sobre él. Llevaba puesto unos shorts chicos y una camiseta sin mangas. Algo que normalmente lo volvía loco. Pero mientras caminaba hacia a ella, solo se preguntaba que usaba Win cuando estaba en casa. Conociéndolo, seguro era algo ridículamente caro.

— ¿Vas a sentarte? — Soltó con voz ronca, subiendo sus pies al sillón. Bright lamió sus labios al sentarse a su lado, sonriendo cuando ella le sacó la capucha. — ¿Todo bien?

— Todo bien. — Habló Bright un poco ido y mirando hacia el televisor. — ¿Qué tal tu día?

Nevvy se arrimó más hacia él y puso sus piernas sobre las de Bright. — Oh, tú sabes. La tienda estuvo llena. Davikah igual de estúpida que siempre. Dayton sí ayudó un poco, a diferencia de Win. Todavía me pregunto porqué lo contrataron.

Bright se tensó con esas palabras y Nevvy lo notó.

— Lo siento. Sé que es tu amigo... Lo olvidé, sorry.

Bright solo la miró y la chica le sonrió coquetamente antes de pararse. — ¿Tienes sed?

Él asintió.

Nevvy caminó hacia la parte trasera de la casa y Bright rodó los ojos, sacando su celular. Tenía un mensaje de su mamá preguntando cómo le iba con su fin de semana y le respondió que bien antes de abrir el chat con Win.

¿Estás con él? — Bright.

Un minuto pasó y Nevvy volvió a la sala. Tenía una lata de Coca Cola en la mano para darle. Bright asintió, tomándola. — Gracias.

— No hay problema. — Se sentó prácticamente sobre él y Bright sonrió mirándola.

— ¿Por qué de la nada te gusto? — Nevvy se rió y Bright seguía observándola. — Es una pregunta seria. — Le dijo.

— Siempre me gustaste. Solo odiaba que no pudieras estar con una sola persona a la vez.

Bright asintió, tomando un sorbo de su bebida. — ¿Qué te hace pensar que ahora es diferente? Acaso he cambiado desde la ultima vez que te vi como hace... No sé, tres días.

Ella hizo una mueca antes de mirarlo. — ¿Por qué insistes tanto con esto? ¿Quieres estar aquí, o no?

El celular de Bright vibró y él dejó a un lado su bebida para contestarle.

Estamos caminando por la playa. No quiero ser mala gente, te hablo mas tarde. — Win.

Bright lo leyó y puso el celular en silencio.

— ¿En serio acabas de leer un mensaje? — Habló Nevvy con una mirada de rabia hacia el chico a su lado.

Bright se la devolvió. — Sí.

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