Capitulo 8

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Cuando salimos de la cabaña caminamos para dirigirnos a las afueras del poblado, una vez ahí Neteyam me hizo un gesto para que esperase en mi lugar mientras él avanzaba un par de pasos más. 

Me quedé en el sitio tal y como me lo pidió, cuando avanzó algunos pasos empezó a chasquear la lengua y claquear. En menos de un minuto su Ikran bajó del cielo para ponerse junto a él. 

Miré fijamente al gran animal, que si me sacaba más de un metro de altura. El también me miró, pero no tardó más de tres segundos en seisear mientras enseñaba los colmillos. Retrocedí por instinto. 

-No le mires a los ojos. -Al escuchar a Neteyam, quien intentaba calmar a su Ikran, bajé la mirada a sus pies, las tenía verdes. Hacían un gran contraste con las de Neteyam, que eran azules. -Vale, ya puedes venir. 

Levanté la vista y observé como me hacía un gesto con la cabeza para que caminara, su trenza estaba conectada con su Ikran, con el vínculo hecho ya era seguro.

-¿Me puedes decir ya a donde vamos? No me gustan las sorpresas ni el misterio. -Cuando me acerqué a él observé una pequeña sonrisa burlona, al estar a su lado me cogió de la cintura sin previo aviso y me levantó con la misma facilidad que una pluma para sentarme en la espalda del animal. 

Por instinto me sujeté a donde pude de su cuello, nerviosa al sentir al animal moverse debajo de mi. 

-Prefiero que lo veas cuando lleguemos. -Mientras decía esto Neteyam aprovechaba para subirse a su Ikran, sentí como se sentó justo detrás de mi, a escasos centímetros. -Sujétate bien, agarra aquí.

Sujetó una de mis manos y la llevó a la agarradera que unía ambas colas que tenía el Ikran para vincularse a él, cuando se aseguró de que tenía la mano bien sujeta me dio dos pequeñas palmaditas sobre el dorsal de mi mano y después sujetó él también la agarradera. 

Había una diferencia descomunal entre su mano y la mía. 

Sin previo aviso hizo que el animal alzara el vuelo de un salto, yo cogí una bocanada de aire y por instinto me incliné un poco hacia adelante para acercar mi cuerpo al del animal, como para tener más equilibrio... Aunque no tenía mucho sentido hacerlo por que iba a estar bien siendo Neteyam quien dirigiera el animal, pero fue por instinto.

Observé hacia abajo, observando como poco a poco nos íbamos alejando cada vez más del piso. Cuando ya alcanzamos una altura notable el animal empezó a acelerar, se dirigía hacia el norte, un sitio al que no solía ir por la presencia de más clanes. 

-Oye, -Me tensé al notar como la mano de Neteyam se posaba en mi cintura, cuando me giré a verle estaba con las cejas alzadas y me miraba con preocupación. -¿Estás bien? Pareces mareada. 

-¿Qué? No, ¿Por qué lo crees?

-Estás agachada sujetando con fuerza la agarradera, y ahora se te acaba de tensar y erizar todo el cuerpo. -Noté como deslizó levemente la mano de mi cintura para llevarla hacia la parte interior de mi cuerpo, hacia la columna. 

El corazón me dio un vuelco dentro del pecho, cogí un poco de aire nerviosa y me senté bien incorporada mientras me adelantaba un poco para separar nuestros cuerpos, obligándole a separar la mano de mi espalda. 

-No, estoy bien, solo estaba... Adaptándome. -No me giré para verle, sentía como me cosquilleaban las mejillas. Si no me giraba no me vería roja ni tendría que pasar por el mal trago de mirarle y crear una situación incómoda. Se mantuvo en silencio, y no quería verle... Había creado una situación incómoda. -Bueno, estamos yendo al norte. 

-Si. 

-¿De verdad tienes idea de a donde vamos?

-Si.

Te veo... {OC X Neteyam}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora