Capítulo 7

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Sara

- Lo siento, no volveré a llegar tarde - se disculpó ante la profesora, que con un gesto le indicó que pasara.

Mientras se dirigía al único pupitre que quedaba libre, sus ojos color miel se clavaron en mí. No se esperaba que yo estuviera allí, pero enseguida sonrió y se sentó en su silla, unas mesas delante de la mía.

Tragué saliva. ¿No había institutos, cursos y clases en toda la ciudad, que Daniela estaba justo en la mía, y encima tan cerca de mi sitio?

Durante la siguiente hora y media, la profesora nos explicó todo lo que necesitábamos saber para el nuevo curso, pero yo estaba más ocupada mirando a Daniela. Cuando la profesora, que se llamaba Gloria y era nuestra tutora y profesora de Lengua, hubo terminado de hablar y abandonó la clase, a Dani le faltó tiempo para levantarse y acercarse a mi posición. Le sonrió a Olivia, y a continuación posó sus ojos en mí.

- Hola, Sara - me dijo sonriendo.

- Hola - contesté, mirándola a los ojos fugazmente. Si le mantenía la mirada, corría el riesgo de olvidarme de cómo hablar, pero pasó el tiempo suficiente como para poder fijarme en que estaba guapísima.

- Me esperaba de todo menos que hayamos caído en la misma clase - dijo, y yo reí.

No sabía qué decir, nos quedamos unos segundos en silencio, que esta vez sí fueron algo incómodos. De repente, una chica llamó a Dani y ella se giró.

- Me tengo que ir - dijo ella, torciendo el gesto, y me miró - . Nos vemos - se fue por donde había venido y respiré aliviada. No quería que se fuera, pero me ponía muy nerviosa y lo último que quería era hacer el ridículo delante de los que iban a ser mis compañeros durante nueve meses.

Ahora Dani estaba junto a una chica rubia de pelo corto, hablando con más gente que yo no alcanzaba a ver. La tenía de espaldas a mí, y me fijé en que tenía los hombros anchos; la camiseta que llevaba le quedaba muy bien. De repente, se rió y su risa resonó en todo el aula. No pude evitar sonreír; tenía una risa preciosa.

- ¿Conoces a Dani? - me preguntó Oli, sacándome de mis cavilaciones.

- Eh... sí, bueno, el otro día nos conocimos en la playa - contesté - . Hablamos un poco y eso, tampoco somos amigas... ni nada.

- Pues a mí me cae genial, te recomiendo que hables más con ella - contestó - . Además, se lleva bien con muchísima gente del instituto, te conseguirá muchos amigos.

- ¿Tan popular es?

- Sí, bueno, a la mayoría nos cae bien - dijo Oli - . Pero hay gente con la que no se lleva bien, hay muchos que hablan mal de ella.

- ¿Por qué? - aquello me sorprendió de verdad. Apenas la conocía, pero Dani parecía ser muy buena persona y no se me ocurría ningún motivo por el que alguien pudiera tenérsela jurada.

- Veo que no la conoces mucho - rió Oli - . Hablan de ella porque es lesbiana.

Me quedé inmóvil. ¿Dani era lesbiana? Por algún motivo, no me sorprendía, pero sí que me chocaba; no conocía a nadie que lo fuera, o al menos que yo supiese. Una parte de mí se alegró al oír aquello; no logré entender por qué, y eso me asustó.

- Que es lo más normal del mundo, ya ves tú, pero aún hay gente que en pleno siglo veintiuno se cree que es una enfermedad o algo - añadió Olivia, molesta. Se percató de que yo estaba callada y me miró - . Tú no tendrás nada en contra, ¿verdad?

- Para nada - dije frunciendo el ceño - , es solo que no me lo esperaba.

Oli asintió, poco convencida.

Una sola miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora