Capítulo 32

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Sara

- ¡Cuidado!

Me aparté rápidamente y Olivia ocupó mi lugar.

- ¿Cuidado qué?

- Cuidado que quema.

Mi amiga sacó la pizza del horno y la colocó en un plato. Acto seguido, la llevó a la mesa y nos sentamos la una enfrente de la otra. Hice ademán de coger un trozo, pero Oli me dio un manotazo antes de que mis dedos tocaran la pizza.

- Te he dicho que quema.

- Tengo hambre.

- Te aguantas.

Cuando Olivia consideró que la pizza estaba lo suficientemente fría como para ser consumida, empezamos a comer, y en un rato habíamos terminado. Tras recogerlo todo (que no era mucho) y ponernos el pijama, nos fuimos a su habitación.

Llevaba unas horas en su casa, durante las que me había hecho un tour por todo el piso y me había enseñado su habitación con hasta el más mínimo detalle; me había mostrado su colección de CDs, que no eran pocos; su estantería llena de libros, y cuando digo llena me refiero a repleta, hasta los topes; me había hecho un desfile con prácticamente todo su armario, y ahora eran las diez de la noche y nos apetecía ver una película.

- Me da la impresión que las de fantasía no te gustan - dijo, pasando títulos con el mando.

- Has acertado. Llámame aburrida, pero me gustan más las románticas - contesté.

- No, si a mí también. Pero románticas hasta cierto punto.

Olivia se detuvo en una película cuyo título y portada no me sonaban de nada.

- ¿Qué te parece ésta? - me dijo.

- Fear Street - leí - . Ni idea, ¿de qué va?

- No sé, pero es de miedo, asesinatos y esas cosas. ¿Te gusta?

- Me encanta.

Olivia le dio al play y comenzamos a ver la película. Como si obra del destino se hubiese tratado, las protagonistas de la película eran dos chicas que estaban enamoradas la una de la otra. Al verlo, Oli se giró hacia mí y carraspeó.

- Silencio - dije, y me mordí el labio inferior. Sabía que aquella noche tocaría hablar de Dani, y más aún después de ver aquella película, que aunque giraba en torno a la relación de las chicas, estaba repleta de terror y asesinatos que me hicieron apartar la mirada de la pantalla más de una vez. Resultó ser una de las mejores pelis que había visto, tanto que en cuanto terminó y descubrimos que tenía segunda y tercera parte, nos apresuramos a verlas.

Pasadas las tres de la mañana habíamos acabado con la trilogía y se nos estaban cerrando los ojos del sueño, pero sabía de antemano que entre los planes de mi amiga no estaba dormir.

- ¿Te han gustado las pelis? - me dijo nada más apagar la televisión.

- Sí, han estado muy interesantes - respondí, tumbándome en el colchón que habíamos colocado junto a su cama.

- Sabes a lo que me refiero, Sara.

- Claro que lo sé.

Oli se incorporó y me miró desde la altura.

- ¿Has pensado en Dani mientras la veíamos?

Tragué saliva. Claro que había pensado en ella. Cada vez que salían las dos en una escena me imaginaba que éramos Dani y yo; además, una de las chicas era rubia de ojos azules y otra morena y de ojos marrones (aunque los de Dani eran color miel), lo que hacía mucho más fácil que me recordaran a nosotras. Imaginaba que los besos que se daban las protagonistas nos los dábamos nosotras; me ardían las mejillas y la parte baja del estómago cada vez que pensaba en ello.

Una sola miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora