Capítulo 42

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Muchas de las veces los golpes y las heridas físicas no son las que más nos duelen, las heridas del corazón son las que más tardan en cicatrizar y lamentablemente muchas de esas veces no lo hacen de la forma adecuada pues dejan demasiado odio y rencor dentro, tal cual sucedía con Jungkook quien miraba al vampiro frente suyo con tales sentimientos que sentía que se volvería loco en algún momento.

—Si quieres matarme, puedes hacerlo— escucho la gruesa voz contraria haciéndole apretar el arma en sus manos, claro que quería destruir a la persona que lo alejo de su madre, era la razón por la que estaba ahí parado con un arma en las manos. El mayor se fue levantando lentamente dándole aun la espalda a Jungkook quien dio un paso atrás sin perderlo de vista hasta que vio que poco a poco fue mostrándole su rostro lo que hizo al menor jadear levemente al conocer el rostro de su verdadero padre —pero lo harás viéndome a los ojos—

Jungkook inspecciono el rostro contrario, no había arrugas, pero si una cicatriz que atravesaba la mejilla derecha, sus ojos eran dorados al igual que los suyos, estos lo miraban con tristeza o eso era lo que parecía; segundos después tres hombres aparecieron poniendo en alerta a Jungkook y a Chen quien dirigió su arma a los recién llegados y estos a ellos. Seung Heon hizo un movimiento con sus manos haciendo que los desconocidos bajaran sus armas —No disparen, es mi hijo—

—No soy tu hijo, yo no tengo padre— las palabras del menor hicieron que el corazón de Seung Heon palpitara en tristeza, pero lo disimulo con una leve mueca en forma de sonrisa—

—Eres mi hijo así me odies— lo miro fijamente intentando descifrar los pensamientos de su hijo— todo lo que te han hecho creer es mentira, has vivido en una mentira—

—Cállate—

—Tu madre...—

—¡No la nombres! —Jungkook grito sintiendo su garganta arder por la impotencia que sentía— no tienes derecho siquiera hablar de ella después de lo que hiciste— sus ojos se cristalizaron por las emociones que las sentía a flor de piel, lo único que quería era jalar el gatillo y terminar con todo—

—No has escuchado mi versión de lo que realmente sucedió— el padre de Jungkook intento acercarse, pero el menor alzo con más fuerza el arma con la que aún seguía apuntándolo haciendo que el contrario se detuviera —

—No necesito escuchar nada de lo que tengas que decir— varias lagrimas se deslizaron por el rostro de Jungkook —mataste a mi madre... tu esposa... eso nunca te lo perdonare, ¿me escuchaste? ¡nunca! —

Seung Heon bajo su cabeza sintiendo su corazón doler, deslizo su mirada a la lápida adornada de muchos tulipanes rojos, los cuales eran los preferidos de Song Yoon Ah, la mujer que tanto amo. No podía seguir viendo el rostro de su hijo, lo único que le quedaba de su querida Yoon Ah estaba frente a él y éste lo odiaba más que a nada en el mundo.

¿Qué hago Yoon Ah? Nuestro hijo me odia... No cuide bien de él, por favor perdóname...

¿Podrás... perdonarme?

Rompí mi promesa...

Cerro los ojos un momento cuando una brisa se deslizo por su rostro y la sintió tan cálida como si fuera la misma Yoon Ah acariciándolo, sus labios se curvaron en una tenue sonrisa porque si, en su corazón su esposa le estaba dando fuerzas desde donde sea que estuviera, ella estaba ahí, lo sintió cuando la brisa movió su cabello delicadamente y el olor a tulipanes recién cortados pico en su nariz. Y no muy lejos de ahí alguien más sintió lo mismo, Jungkook observo la lápida viendo como las hojas de los tulipanes se movían en el viento y como este llego a su rostro deslizándose suavemente y no supo porque, pero se sintió mejor como si la brisa intentara decirle algo, como si su subconsciente le incentivara a recordar algo que olvido.

Amor entre mundos [Yoonmin, KookV, Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora