THE GLASSES

13. HAZUNE

En algún lugar.

Desconocido

Hace miles de años, existía solo un vacío y tierras malas, no existía lo que hoy conocemos como The Glasses.

¿Cómo llegamos a un reino? ¿Seres poderosos? ¿Almas devoradas por un supremo, si solamente era un tremendo caos y tierras malas?

Miles de expertos pueden decir que este mundo es una dimensión paralela al mundo real, no hay muchas personas que puedan habitarla, solamente los escogidos, pero en ese entonces, ese mundo paralelo siempre estaban en una guerra sin fin, todo por el gran poder de la reliquia y controlar un reino. Entre eso, dos se consideraban los más fuertes, los Ghelas y los Herfas, espíritus que solo quedaban atrapados en esta dimensión.

Hasta que un día el primer humano llegó. Era especial, tenía el poder de controlar la naturaleza, trajo paz y armonía y fue escogido para proteger la reliquia, el tiempo pasaba y cada día se volvía experto en sus poderes, que las bestias malignas no podían con él. Se dió cuenta que existían más dimensiones y decidió observar cada una de ellas. Todas vacías en excepción de una, un pueblo pequeño dónde yacía una joven.

Ella era hermosa, tenía una belleza impecable, y era la única con poderes curativos y eso lo atrapó. Se enamoraron y con el pasar del tiempo deciden casarse, convirtiéndose en los primeros reyes. Juraron estar el uno para el otro y proteger a su reino llamándolo THE GLASSES. Tuvieron tres hermosas princesas.

La mayor era fuerte, determinada, carácter recio, inteligente, su belleza era irresistible y muy poderosa.

La del medio era amable, respetuosa, alegre, inteligente en el combate y con poderes curativos.

La menor era un poco prepotente, imponente, buena en la lucha de armas y con una velocidad que nadie podía alcanzar.

Las tres hermanas eran muy unidas, ese lazo era lo más hermoso hasta que llegó una guerra que acabó con todo el reino, una bestia poderosa asesinó a todos sin compasión dejando a la mayor sin familia desde ese momento ella juró vengar la muerte de su familia y proteger la gran reliquia.

Levantó al reino, creó un nuevo mundo y purificó las tierras, expulsando a las bestias y espíritus malignos fuera de su dimensión.

Pero... Pero aún recuerdo todo, cuando ella se enamoró, y dió su primer beso, a mi suerte si fuera adivino le fuese dicho que era su peor error.

¿Cómo recuerdo todo? Es la pregunta que siempre me hago y cuando la veo justamente en sus ojos, mi corazón late a millón, y lastimosamente solo era su servidor. ¿Cómo se podría fijar en mi? ¿Como podía sentir algo por alguien que no es poderoso? Ni siquiera la podría proteger porque ni poderes tengo. 

Lastimosamente el amor la debilitó porque la persona era una bestia, la más maligna de todas, él era el Dios de la Destrucción.

¿Él la amaba? Esa respuesta no la se, ¿Ella lo amaba? Con toda su alma, Hazune con todo el dolor de su corazón selló al Dios de la Destrucción en un lobo blanco, otra criatura indomable y peligrosa. Dos bestias que tenían que ser derrotadas, lastimosamente ella descubre que estaba envenenada y a su suerte ese día nace un bebé y ella aprovecha la oportunidad de contenerlo en ese cuerpo, utilizando una técnica prohibida. Alguien puro y que pueda restablecer el equilibrio del reino. Pasó la gran reliquia a una humana totalmente fuera de este alcance concediendole poderes.

Pero...

—¿Nicolas?—su dulce voz llega a mi mente, interrumpiendo mis pensamientos.

La observo como afila su espada, y su aura transmite sed de venganza. Ella no era así.

—Ya has despertado, pero también tu reencarnación. Hace miles de años no pasaba esto y ahora se desatará un caos.

Ella se voltea, para verme con esos ojos hermosos.

—Estoy preparada para la guerra. Miles de años estuve muerta, pero mi espíritu regresó de alguna u otra manera, necesito que me hables de ella, necesito saber más de Skay.

—Pero...

—Sabes que debe morir, ella tiene a la bestia.