Cena con los Franco.

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T/N Parker.

Termino de lavarme los dientes y me doy una última mirada en el espejo del baño, salgo en busca de mi maleta y antes de que pueda poner un pie fuera de casa, papá me detiene.

—Necesito que esta noche estés en casa —se arregla la corbata —. Debes acompañarme a una cena.

Arrugo mis cejas, jamás creí que mi padre me dijera algo así.

—¿Una cena? —él asiente —. ¿En dónde?

—Con los Franco —informa y yo solo siento como el aire se me corta —. El padre de Nate nos ha invitado, acepté con gusto y debes ir conmigo.

—Papá, no quiero ir a casa de esa familia —me quejo, como si eso sirviera de algo —. Nate y su padre no me agradan.

Pero papá me ignora, no sé ni por qué me molesto en hacerle saber lo que me desagrada.

—Pues deben comenzar a agradarte —dicta —. Son nuestros vecinos, debes tener una buena relación con ellos. Además, Nate me agrada, sería un buen partido.

Me tenso por completo, papá siempre suele hablar maravillas de Nate, sé cuando indirectamente me quiere decir que debería salir con él. Hemos tenido esta conversación miles de veces, asegura que jamás dejará que algún chico se me acerque a menos que sea Nate y es por eso que mantengo mi relación con Aidan en secreto.

Odio que quiera controlar mi vida.

—No quiero hablar de esto y amargarme la mañana —me doy la vuelta para irme —. Nos vemos, papá.

—¡A las siete es la cena! —grita para que pueda oírlo —. ¡Te quiero puntual, mocosa!

Cierro la puerta más fuerte de lo que me gustaría, papá si que ha sabido como amargarme la mañana con su noticia. Doblo la esquina y no puedo evitar sonreír cuando veo el auto de Aidan estacionado en el mismo lugar de siempre. Me apresuro a subir porque no quiero que papá me vea y se arme algún problema.

—Hola, cariño —saluda con una sonrisa.

Mi mañana se ha mejorado, el ojiverde si que sabe como evaporar cualquier sentimiento negativo.

—Hola, ojiverde —me inclino para besarlo —. ¿Me extrañaste?

Sus ojos están fijos en los míos, jamás me cansaré de verlos, son hermosos.

—No tienes idea —responde, prendiendo el auto para salir de mi barrio.

Durante el camino la radio se encarga de llenar el silencio, Imagine Dragons es el protagonista de las canciones, canto sin pena y puedo notar como el ojiverde me sigue el ritmo. Minutos después ya nos encontramos en el estacionamiento de la escuela, ambos bajamos y me pongo nerviosa cuando Aidan toma mi mano, caminamos al interior de la escuela bajo las miradas curiosas de las demás personas.

Miro al ojiverde, él se muestra calmado y parece no prestarle atención a nadie. Los pasillos están repletos de alumnos, debo buscar a Liam para entregarle las fotografías seleccionadas, quiero que las vea antes de las clases porque no quiero tener que buscarlo en el receso cuando prefiero usar ese tiempo en pasarlo con Aidan y los chicos.

—Tengo que ir con Liam —le informo a Aidan. Noto cuando el ojiverde hace una mueca de disgusto —. ¿Por qué esa cara?

—No me agrada Liam desde lo de la feria —bufa —. No me gustó como se burló de ti y Tyler.

—Sé que no se comportó de la mejor manera, pero seguramente no lo hizo con mala intención.

No sé si intento convencer a Aidan con eso o si quiero convencerme a mí misma. Veo como su mala cara se va suavizando, al final me dedica una sonrisa.

H E A V E N (Aidan Y T/N) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora