H E A V E N (Aidan Y T/N) ✅

Atrapados.

1/2

Aidan Gallagher.

El baile estaba llegando a su fin, ya algunas personas se habían ido por la hora tardía, uno de los pocos que quedaban éramos los chicos y yo. T/N se encontraba hablando con Halsey y Nancy, mientras que yo estaba con mis amigos quienes ya habían notado que algo raro había pasado.

—¿Discutieron? —Tyler fue quien preguntó.

—Algo así —respondí, sintiendo la mirada de ambos —. Me porté como un idiota con ella.

—Hace unas horas habían abandonado el salón como dos enamorados y después volvieron sin dirigirse una sola mirada —comentó Chase —. ¿Qué pasó?

—Si les cuento me van a odiar.

—¿Le dijiste un mal comentario sobre su vestido?

—No.

—¿Hiciste una mueca por su maquillaje?

—No.

—¿Le insinuaste hacer algo indebido?

—¡¿Qué?! ¡No! —miré a Chase con las cejas fruncidas —. ¿De donde sacas eso?

—Solo era una pregunta —se encogió de hombros.

—Pues no más preguntas —negué —. Solo me comporté como un idiota y ya.

—Sí, Chase —secundó Tyler —. Mide tus preguntas.

Los tres nos callamos cuando las chicas se posaron delante de nosotros.

—Estamos cansadas, queremos ir a casa —anunció Halsey.

Miré a T/N, quien decidió ignorarme y mirar hacia otro lado en vez de a mí. Sentí una punzada el pecho, esta vez distinta porque sabía que se trataba de decepción.

—Claro, vámonos —Chase se puso de pie, colocándose frente a Halsey y acomodándole la corona —. Sin duda este rey no sería nada sin su reina.

La chica se sonrojó y le dio un beso. Nancy decidió estirar su mano haciendo que Tyler la tomara y poniéndose de pie, todos comenzamos a dirigirnos a la salida con nuestras respectivas parejas. Se podía notar el distanciamiento entre mi chica y yo, al llegar al estacionamiento nos despedimos de nuestros amigos.

A pesar de todo, le abrí la puerta a T/N y ella se montó en el auto. Después me subí yo y comencé a conducir.

—Quiero pedirte una disculpa por mi mal comportamiento —dije, rompiendo el incomodo silencio —. No estuvo bien.

—No importa, ya olvídalo —fue todo lo que dijo.

—Cariño, no puedo olvidarlo, fui un idiota y no está bien —decidí estacionar el auto para hablar —. No tengo el derecho de tratarte mal, no es correcto.

Ella intentaba no mirarme, pero pude notar que estaba reteniendo las ganas de llorar.

—Solo me preocupé por ti —sollozó —. Pude ver que algo te dolía y me dio miedo, fue todo.

Estiré mis manos para sostener su rostro, las lágrimas comenzaron a salir.

—Lo sé y lo lamento tanto —limpié sus lágrimas —. Es solo que no me gusta que me veas así, puedo ver tu cara de miedo y no me gusta.

Soltó pequeños sollozos.

—Por favor, no vuelvas a ponerte así —pidió —. Quiero que me digas cada vez que te sientas mal.

Asentí, dándole una pequeña sonrisa.

—Lo prometo —le di un pequeño beso —. ¿Estoy perdonado?