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P.O.V Jimin.

El sudor de mis manos ya comenzó a ser molesto. Mi labio ya estaba seco y partido, por tantas veces que lo mordí, y mi cuerpo delataba todo el nerviosismo que sentía. Mi pierna temblaba, y mi pecho se levantaba por cada vez que inhalaba y exhalaba. Necesitaba calmarme, pero solo necesitaba la opinión de mi profesora acerca de la tesis que dí para ser un profesional. Jamás pensé que iba a estar a estas instancias de ser un casi terapeuta.

— ¿Park Jimin? —escuché desde la entrada.

Era ella.

Sostenía una carpeta de color rojo, con la insignia de la universidad y una etiqueta con mis iniciales.

Ya es oficial.

Me puse de pie y asentí, dándome ánimos y reafirmando en mi cabeza que todo salió bien, y que dí lo mejor de mí. Me estaba echando los ánimos solo, porque no tenía a nadie más a mi lado para que me haga recordar que todo valdrá la pena. Noches sin dormir, incontables viajes llenos de sueño y cansancio. Un sin fin de trabajos escritos bajo presión y frustración.

Todo TENÍA que valer la pena.

Al entrar y cerrar la puerta, ella firmaba unas cosas con un bolígrafo de tinta, uno como de esos antiguos. ¿Será eso algo bueno?

— Tome asiento, señor Park. —dijo, y yo asentí tomando asiento al frente de ella en la única silla disponible. ¿Acaso esto era un interrogatorio?—. Seré honesta. Su defensa de tesis fue bastante buena. Impecable.

No puede ser.

— Quiero que sepa que detrás mío hay un espejo. ¿Lo puede ver? Bueno, no es un espejo en sí, sino un vidrio con reflejo. Directores, decanos y personal directivo observó su presentación. Discutí con ellos acerca de su defensa y llegamos a una conclusión que usted está apto para tener su título profesional.

— S-señorita Lee... Y-Yo.

— No obstante. —interrumpió, levantando su vista hacia mí con una mirada aterradora—. Su timidez le está jugando una mala pasada. Créame que no llegará a ningún lado siendo así.

¿Q-qué?

— No le sirve de nada ser tímido, o ser introvertido si será un terapeuta, y no mire detrás de mí... Ellos ya no están. —comentó, viendo como yo miraba sobre su hombro—. Lo que le digo es netamente opinión personal. Al buscar trabajo, por favor evite comportarse así, porque la gente no lo tomará en serio, mucho menos si tiene el aspecto de un cachorro abandonado. ¿Entendió?

Sentía un zumbido dentro de mis oídos. Era una felicidad media amarga. Sí, ya estaba a un paso de tener mi título profesional, pero sus palabras me causaron más conmoción que la noticia buena en sí. ¿Por qué no estoy feliz? ¿Por qué siento que hice un mal trabajo?

— Su calificación es de un 9.5. Felicitaciones, se puede retirar. —Sus palabras fueron directas y duras. Como una estaca en el corazón.

Despierto, con el mismo sudor de aquel día en mi espalda y me siento para beber un poco de agua. Seis meses, y sigo teniendo el mismo recuerdo agrio de siempre. Ese día estaba solo. Mi mejor amigo estaba en otra ciudad, y mi padre no alcanzó a llegar a tiempo para las "buenas" noticias.

Esa fecha la recuerdo con amargura, porque a pesar de que ya pasaron meses desde ese entonces, no he podido conseguir un trabajo estable debido a sus palabras, y el miedo e inseguridad que provocaron en mí.

¿Será siempre así?

...

— ¿Alguna noticia papá? —preguntó el omega, caminando cerca de su padre.

Rush - km au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora