Idol alfa y fiestero.
Su manager lo salva cada vez que puede; es por eso que aparece alguien en su vida para que lo ayude a aterrizar.
Un omega terapeuta
- No quiero tu ayuda. No tengo nada que decir.
- Ya dijiste nueve palabras. Muy bien, estamos...
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Las pocas veces que Jimin asistió a una fiesta, fue junto a sus dos amigos, pero nada se comparaba con lo que estaba a punto de presenciar. El lugar estaba oculto en uno de los tantos estacionamientos de Lights Ent. Habían cientos de personas bailando con la música de un DJ. Luces neón de aquí para allá, un bar en un extremo con dos bartender atendiendo a un grupo de idols.
No puede ser.
Esto es mucho.
— Deténgase ahí. —espetó un guardia—. Deje sus pertenencias en esta caja, y entregue la invitación.
El trío hizo lo que se les pidió, y con un detector de metales les revisaron el cuerpo antes de hacerlos ingresar a la fiesta. El hombre les indica las reglas y ellos asienten.
— Sin más preámbulo, disfruten.
— Muchas gracias —dice el omega con una reverencia, para luego caminar hacia la fiesta—. Dios, esto es mucho.
— ¡LO SÉ! ES INCREÍBLE.
— ¿Dónde nos sentaremos? —preguntó Hoseok, y Taehyung apunta un sofá de felpa rosa.
Jimin no pudo evitar mirar a su alrededor, y ver como todos bailaban pegados con copas en sus manos. De seguro se sentían libres sin tener cámaras espiando cada movimiento 24/7. Pobrecitos.
— Te están comiendo con la mirada —comentó Taehyung.
— ¿Qué?
— Jimin, te ves espectacular. Es obvio que te miran mucho.
— N-no creo que sea tan así... —dijo con timidez, sentándose un poco más cerca a ellos—. Hay muchas caras conocidas.
— ¡Lo sé! —exclamó—. No puedo creer que estoy en el mismo lugar que muchos idols. Me siento como una rata disimulando en una joyería.
— No hables así de tí —rió Hoseok, y se puso de pie moviendo sus caderas de lado a lado—. No sé ustedes, pero yo iré a bailar.
— Yo iré por tragos —Taehyung desabotonó su camisa blanca y dejó su cabello alborotarse un poco—. Estoy listo.
