Perspectiva de Neteyam.
La mañana siguiente, fui temprano al área común para ayudar a preparar comida, y hacer envoltorios para la misma.
No estaba de ánimos para seguir con la rutina de pesca. Mi madre lo notó, pero para no preocuparla le dije algo como que pronto se iba a pasar, y que nos apuráramos con los envoltorios o la Tsahìk nos los iba a tirar por la cabeza.
Estábamos en eso cuando Tsireya se me acercó. Se veía preocupada, y eso me puso alerta.
- ¿Qué pasa, Tsireya? - le pregunté dejando de lado lo que estaba haciendo.
- Es mi hermano. - dijo ella. - No sé cómo convenció a mi padre para que lo acompañara a domar al tsurak apenas estuviera saliendo el sol, pero ahora mi padre ha vuelto, y no sabe dónde está Ao'nung. Dice que lo perdió de vista cuando estaba arriba del tsurak. - intentaba explicar con las manos, que le temblaban ligeramente. - No pudo encontrarlo cerca, quiere iniciar una búsqueda con los guerreros...
- Ése idiota. - me levanté enseguida, y fui hacia la costa rápidamente, con Tsireya siguiéndome por detrás. - Justo cuando le dije que no hiciera éste tipo de cosas. - dije entre dientes.
La verdad es que mientras la metkayina me hablaba, no podía evitar sentir que esto era mi culpa. Tal vez interpretó mal mis palabras. Quizás no debí haber dicho muchas cosas. No quería pensar que algo le hubiera pasado por todo lo que le dije anoche.
Llamé a Atan, y miré a la Tsahìk, que estaba en la orilla del mar.
- ¿Dónde está el Olo'Eyktan? - le pregunté, mientras el ikran aterrizaba enfrente mío.
- Lo está buscando, fue mar adentro. - me dijo, con un tono que sonaba a angustia.
Eso le añadió otro peso a la culpa que ya sentía. Solté un siseo bajo, e hice el tsaheylu, tratando de subirme rápido. Justo entonces, el vigilante hizo sonar el cuerno.
Vi a un par de criaturas en el cielo, que se acercaban a gran velocidad a la isla. Intenté poner una mano sobre mis ojos para hacerme sombra, pero no pude distinguir quiénes eran.
Hasta que dos tsurak aterrizaron en la playa, levantando el agua bajo ellos. De uno se bajó el Olo'Eyktan, que miró a la Tsahìk brevemente, y luego volvió a voltearse hacia las criaturas. Al segundo lo sostenía, con una fuerza que se marcaba en todos los músculos de su brazo, el hijo del jefe. Ése último tsurak se veía más inquieto, pero Ao'nung no cedía a soltar la cuerda con la que estaba sujetando al gran animal.
El metkayina bajó de la criatura, resoplando, con la sangre bombeando en sus músculos, y con el pelo mojado cayendo sobre sus hombros. Miró a su padre de reojo, y luego se plantó a su lado mirando al pueblo.
Su mirada era diferente. Ya no demostraba superioridad sobre nadie, sino orgullo sobre sí mismo. Orgullo que era bien merecido. La Tsahìk se hizo su camino hacia ellos, miró a su marido y a su hijo de arriba a abajo, y luego a los animales.
- Mi hijo - dijo ella, mirando a Ao'nung directamente. - Ha finalizado su iknimaya. - Luego, se volteó a hablarle a su gente. - Ahora, se ha ganado su lugar en el clan. Ao'nung es uno de nosotros.
- Y como el hijo mayor del Olo'Eyktan, sé que será un gran cazador, y defensor de nuestra isla. - El jefe puso una de sus poderosas manos en un hombro de su hijo, y lo miró. Le dijo algo que yo no alcancé a escuchar, pero Ao'nung se veía satisfecho.
Me separé del ikran y me acerqué hacia donde estaban todos. Él pasaba su mirada velozmente por la multitud que lo rodeaba, hasta que posó sus ojos sobre mí. Entonces se alejó de sus padres y se acercó a mí, sin apartar su vista.
- Dejé de jugar. - dijo, manteniendo cierta distancia.
- Así veo. - le respondí, también mirándolo directamente.
- Te agradecería si me dieras la oportunidad de hacer mi primera cacería contigo, Neteyam.
La primera caza era algo importante en nuestro clan. No sabría decir si aquí era exactamente igual, pero la forma en la que me lo preguntó, sí lo hacía sonar como algo significativo.
- Codo a codo, cazador. - me puso una mano en un hombro, dándome a entender que sus palabras eran sinceras. - ¿Qué dices?
De todos modos, lo pensé por un momento. Mis hermanos habían pasado muy malos ratos, por las acciones que él había hecho. Los busqué con la mirada. Kiri me levantó las cejas y dirigió una mano hacia Ao'nung, invitándome a que le responda. Lo'ak, por otra parte, no se veía tan convencido. Miró a Tsireya con los brazos cruzados, luego resopló y me miró a mí, agachando un poco la cabeza.
Yo volví la vista al metkayina. Le puse una mano en el hombro del brazo que tenía estirado, y me puse derecho.
- Volaré contigo. - Luego, respondí a la pequeña sonrisa que hizo con otra sonrisa, y lo jalé hacia mí. Lo abracé con el brazo que tenía libre y le di unas palmadas en la espalda. - Idiota, de veras te tomaste muy en serio lo que dije ¿o no?
- Lo averiguaremos. - me dijo mientras me correspondía el abrazo.
◇
El Olo'Eyktan decidió que esa noche se hiciera una pequeña celebración, mientras su hijo mayor recibía su primer tatuaje, que se lo hizo en el brazo izquierdo. Era un lugar común para hacerse tatuajes entre los cazadores.
Kiri había notado que la mano de Ao'nung estaba bastante herida, por la fuerza del agarre y el intenso roce que se produjo contra la correa, al tratar de controlar al tsurak. Así que se ofreció a curarlo, cosa que al principio el metkayina se rehusó, pero después de todas maneras aceptó que ella hiciera sus cosas de curandera mientras más arriba le hacían el tatuaje.
Lo que pasa con estas celebraciones, es que tienen muchas cosas en común, pero también cosas que son diferentes. Por ejemplo, la danza que hacían los metkayina alrededor de la fogata, era de movimientos sustancialmente distintos a los que hacían los omaticaya. Los de los primeros, tenían una estrecha relación con el mar, y las olas, la luna y los depredadores marinos.
A Neytiri le agradaba bailar cuando estaba en el bosque. Y desde que se dio cuenta de que Jake Sully no tenía, digamos, un don con el baile (los movimientos rígidos que le enseñaron en la milicia se grabaron en su memoria, y le era difícil fluir con los movimientos del baile), su hijo mayor empezó, poco a poco, a ser su compañero en muchas de las oportunidades en las que podían danzar. Esa vez, ella no quería que fuera la excepción, y Neteyam aceptó, aunque al principio se hubo cohibido.
Ao'nung observaba el panorama mientras intercambiaba algunas palabras con Kiri y con su tatuador. De repente, notó un patrón distinto en el baile, que por lo general estaba bien coordinado. Vio que entremedio de la gente, Neteyam y Neytiri estaban haciendo otro tipo de danza. Era una danza más salvaje, exótica, de movimientos más bruscos y rápidos. Se daban vueltas entre ellos y estiraban los brazos al cielo. A veces también levantaban una pierna junto con un brazo, y movían las manos a nivel del suelo. Mientras lo hacían estaban sonriendo, el pelo les azotaba las mejillas y sus ojos brillaban con la luz del fuego.
Kiri se distrajo por un momento de lo que estaba haciendo, y vio a su papá viendo la danza que hacían su madre y su hermano. Estaba con la boca abierta y a punto de caérsele la saliva. Ella sacudió la cabeza y miró al cielo, y alcanzó a ver de reojo a Ao'nung, que también estaba mirando el baile con mucho interés. La chica se volteó, para comprobar que la dirección en la que estaba mirando el metkayina era hacia su familia, y después de observar con detalle llegó a la conclusión de que así era.
- ¿A quién estás mirando? - preguntó ella, casualmente.
- ¿Ah? Oh - miró a Kiri de reojo y luego con la barbilla apuntó hacia la fogata. - Tu familia está haciendo un baile muy extraño.
- Así son las danzas del bosque. Relatan historias de las cacerías, de los árboles, la luz y la tierra. ¿Te gusta?
- Es... interesante. - la verdad es que le era difícil apartar la vista. De nuevo tenía la sensación de que algo le llamaba la atención, particularmente de Neteyam, pero no podía comprender qué era.
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Aunque Me Queme [AonuNete] {EN CORRECCIÓN}
Fanfiction"Oe nga'te kame'ye, skawng" dijo el hijo de Ronal y Tonowari. Sully lo miró, pero él no le devolvió la mirada. Entonces, soltó una risa mientras volvía a mover el agua entre sus dedos. • Contenido +18 • Créditos correspondientes a James Cameron...