VII. Ilu

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Ao'nung estaba llamando a los ilu para que se acercaran a ellos. Neteyam observaba a las criaturas nadar alrededor del otro, mientras sostenía a Tuk entre sus brazos. Ella, por su parte, descansaba su cabeza cómodamente en una de las clavículas de su hermano, mientras veía lo que hacía el metkayina.

- Éstos son ilu. - introdujo Ao'nung, extendiendo sus brazos.- Si quieren vivir aquí, deben montarlos.

- Lo'ak y Neteyam, ustedes van a intentarlo primero. - dijo Tsireya, mirando a los dos hermanos.

- ¿Qué hay de mí? - preguntó Tuk, aún agarrada del cuello de Neteyam.

- Luego escogeremos uno especialmente para ti, ¿de acuerdo? - sonrió la Metkayina.

- ¿Qué te parece? Uno solo para ti, Tuk. - la animó el mayor de los hermanos Sully.

- Está bien. - respondió la pequeña algo desalentada.

- Yo iré con Lo'ak, y tú con Ao'nung. - le dijo la hermana de éste último a Neteyam, luego de que él bajó a Tuktirey de sus brazos.

Neteyam asintió con la cabeza y fue con el hermano mayor de la metkayina.

- Al parecer tendrás que aguantarme de nuevo.

- Sólo sigue lo que te digo, si te caes voy a reírme. - sonrió Ao'nung con picardía.

- No harías nada para hacerme caer a propósito, ¿o sí? - preguntó el Omaticaya haciendo un gesto de preocupación exagerado en su rostro, revelando la ironía en sus palabras.

- No me des ideas.- replicó el metkayina - Este chico de aquí es bastante amistoso. Trata de acercarte a él antes de montarlo. - dijo mientras acariciaba el hocico del animal.

- ¿No muerde? - preguntó Neteyam, mientras tocaba el cuello de la criatura.

- No sé, averígualo tú. - acto seguido Ao'nung hizo un gesto como si fuera a agarrar el brazo de Neteyam bruscamente, simulando una mordida. No esperó a ver su reacción, pues escuchó el alarido que hace un ilu cuando forman el vínculo. - Espérame aquí, parece que Lo'ak ya va a zarpar. 

El metkayina volvió con sus amigos, que estaban presenciando el espectáculo de los nuevos batallando por domar a las dóciles criaturas. Lo'ak recorrió a gran velocidad parte del camino, pero más pronto que tarde se soltó y el ilu lo dejó atrás.

Ao'nung estaba atento a cada movimiento de lo que estuviera sucediendo, y cuando vio que el omaticaya había quedado abajo del animal, soltó una risa de burla bajo el agua, que fue alentada por sus compañeros. Neteyam, que también estaba observando, notó entonces la influencia que tenía el hijo del Olo'Eyktan sobre el resto de los hombres más jóvenes del clan. Dejó de mirar e intentó subirse al  ilu, pero se arrepintió. No se expondría al tipo de comentarios que le hacían a Lo'ak, siendo el primogénito de Toruk Makto.

- ¿Estás bien niño de la selva? - preguntó Ao'nung con sarcasmo al menor de los hermanos.

Luego, volvió con Neteyam y sujetó al animal por una de sus "trenzas". 

- Tu turno, cazador.

- ¿Seguro que no le aflojaste los clavos a este animal, o algo parecido para que me caiga a medio camino? - preguntó el omaticaya.

- ¿Qué estás diciendo, Neteyam? Ya sube tu trasero a ese ilu.

Neteyam se subió a la criatura con la ayuda de Ao'nung, que lo sujetó de la cintura con una mano para que no perdiera el equilibrio, mientras con la otra seguía sujetando al animal.

- Bien, ahora mira. Tus manos, aquí. - le ordenó tomando una de las muñecas de Sully, y poniendo la mano de éste con firmeza en una de las "trenzas" del ilu. - Una en cada una. El vínculo no tiene que ser acelerado. Si no, va a pasarte lo mismo que le pasó a tu hermano.

- Entiendo. Sujetarme fuerte, hacerlo despacio. - dijo Neteyam para sí mismo, y siguiendo las instrucciones del metkayina, hizo el tsaheylu con la criatura, que se sacudió bajo sus piernas.

El hijo de Ronal siguió sujetando al ilu con firmeza hasta que dejó de moverse. Luego miró al omaticaya.

- Ya, adelante. - le dijo, y soltó al animal.

Perspectiva de Neteyam

Tomé aire e hice que el ilu fuera hacia adelante. Podía sentir su respiración, sus latidos, los movimientos de sus músculos. Era una criatura muy inquieta y muy rápida, no podría decir que era lo mismo que montar un ikran. Los ikranes se movían más despacio, sus movimientos eran más controlables, quizás por su gran tamaño. De todos modos, el tiempo que llevaba sobre este animal ya era mayor de lo que había logrado sostenerse mi hermano.

- ¡Hey, mira! No es tan difícil. - dije, esperando que Ao'nung me escuchara. Justo después intenté que el ilu saltara del agua, para llegar hasta el metkayina de una manera espectacular. El único espectáculo fue toda el agua que se levantó al golpear mi torso contra ella, cuando me caí del animal en el aire.

Asomé la cabeza a la superficie, tomando una bocanada de aire. Demonios, eso dolió. Solté un gruñido de frustración al escuchar a los amigos de Ao'nung reírse con burla.

- Si éste idiota fuera un pez ya se habría ahogado. - escuché decir a uno de ellos. El hijo del Olo'Eyktan lo miró fugazmente, y aunque había estado sonriendo después de mi caída, no se rió con lo que dijo su amigo, que se calló cuando vio que su comentario no tuvo mucho éxito.

- Tus manos tienen que ser las primeras en entrar al agua, no tu estómago. - dijo Ao'nung sonriendo, cuando lo alcancé.

- Estaba tratando de besarme con el mar. Quizás me daba suerte.

Tosí un poco de agua, y entonces se rió. Creo que es la primera vez que le escucho una risa que no es sarcástica.

- Te queda mejor reír de verdad. ¿No has pensado en hacerlo más seguido?

Él se volteó a mirarme con sus ojos sagaces de siempre. Había vuelto a usar esa máscara que le daba un falso aire de importancia.

- ¿Qué, acaso quieres que te enamore, Sully? Porque eso conseguiría, si me viera mejor de lo que me veo ahora.

Se volvió a reír, pero pude distinguir enseguida que su tono era distinto. Por un momento incluso se me pasó por la cabeza caerme de nuevo, para poder probar que su risa era diferente. Si realmente se estaba burlando de mí, juro que lo iba a hundir bajo el agua. No para ahogarlo en serio, pero sólo para reírme yo también. Sin embargo, no lo hice. Sabía que con la segunda caída, no iba a conseguir la risa que le saqué con la primera, y para ése punto sólo iba a considerarme un imbécil. 

- Eres como un niño. - le dije, y volví a montar el ilu, después de que Ao'nung lo llamara. - Sigamos antes de que se haga el eclipse.

El metkayina sonrió de lado, y siguió acompañándome mientras intentaba no caer de la criatura, una y otra vez. Luego de varios intentos fallidos, pude controlar los movimientos del ilu con más destreza, pero solo en la superficie. Aún tenía problemas intentando nadar bajo el agua por la falta de aire.

De todos modos, Ao'nung dejó de observarme y se montó en su propio ilu.

- Con lo que sabes, ya puedes ir a pescar con redes a lugares más alejados de la orilla. Iremos a hacer eso con mis amigos esta tarde. ¿Te nos unes, syasyuk?

Rodé los ojos al escuchar ese condenado apodo de nuevo, pero le sonreí a su ofrecimiento.

- Claro, por qué no.

Aunque Me Queme [AonuNete] {EN CORRECCIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora