XIV. Beso

2.6K 414 146
                                    

Perspectiva de Ao'nung.

Cuando vi que un ikran se llevó a Kiri hacia la nave, sin que yo pudiese hacer nada, fui con mi padre, que se alejaba de la batalla junto con los guerreros hacia Awa'Atlu.

- ¡Padre! - le grité, pero no me escuchaba. Miré alrededor, llamé a mi tsurak cuando ya estábamos más cerca de la isla, salté hacia él y alcancé a mis padres a gran velocidad, para interponerme en su camino.

- ¡Ao'nung! ¿Qué pasa? Tenemos que llegar a la isla. - me dijo mi madre.

- No, tenemos que darnos la vuelta. Jake Sully y su familia siguen peleando allá, necesitan nuestra ayuda.

- Vamos a la isla. - Sentenció mi padre, levantando el mentón. Hacía eso cuando quería imponerse sobre mí. - Jake Sully fue el que nos dijo que volviéramos.

- ¡Mi hermana está arriba de la nave demonio! - dije en voz alta, desesperado, porque sentía que estábamos perdiendo tiempo mientras hablábamos. Mis padres se miraron entre ellos, mamá bajó las orejas y apretó los puños cuando desvió la mirada.

- Mira el cielo, Ao'nung. El eclipse ya se está mostrando hacia nosotros. Va a oscurecer pronto, y nosotros debemos estar en la isla cuando caiga la noche.

- ¡Pero ellos morirán, Tsireya morirá! - intentaba conmoverlos, pero por algo eran ellos los jefes del clan.

- Tu hermana es hábil, y los Sully ya han peleado antes con esos demonios. Son buenos guerreros, tenemos que tener esperanza en ellos.

De repente sentí una punzada en mi pecho, cuando el eclipse estaba casi por dejarnos en la oscuridad total.

- Algo malo está pasando allá. - dije, con el pecho apretado mientras pensaba en mi compañero. - Van a morir si no los ayudamos.

- Y nosotros también, si es que vamos. Entiende Ao'nung, el mar no es amistoso de noche, lo único que lo ilumina son los depredadores que podrían estar acechando. Tengo que proteger al pueblo aunque eso signifique que tengamos que angustiarnos por Tsireya.

- Padre, pero somos guerreros, deberíamos pelear. - respondí, acercándome a él.

- ¡No, Ao'nung! - retrocedí inmediatamente cuando alzó la voz. - No "somos". Un guerrero sabe qué peleas escoger. Y esta no es nuestra pelea. Ya matamos a los asesinos de tulkun. Lo que Jake Sully y su familia tengan que arreglar con los demonios, no es asunto nuestro. Se acabó.

- Ya perdimos a mucha de nuestra gente, Ao'nung. Debemos ir a la isla y darles un funeral apropiado. - habló mi madre, con voz calmada, pero severa. - Y tu presencia ahí es importante.

Después de que mi madre terminó de hablar, mi padre hizo una seña y todos los siguieron de vuelta a Awa'Atlu. Yo miré hacia atrás. Allá donde estaban peleando los Sully parecía que se estaba oscureciendo más rápido. La marea comenzó a cambiar, y amenazaba con seguir subiendo mientras más pasara el tiempo.

- Vamos, amigo. - me llamó Rotxo, haciéndome una seña para que fuera con él a reunirnos con nuestro pueblo.

Giré el tsurak en dirección hacia nuestro hogar, no sin antes mirar una última vez hacia ese lado del océano donde había fuego y sangre sobre el agua. Quizás esa fue la primera vez que recuerdo, le pedí algo nuestra Gran Madre, desde mis más íntimos pensamientos: Que protegiera a mi pareja, y me permitiera pelear a su lado en otra oportunidad.

Aunque Me Queme [AonuNete] {EN CORRECCIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora