XV. Conexión, parte II

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⚠️ Advertencia: Este capítulo incluye contenido no apto para menores de 18 años. ⚠️

Luego, se bajaron de los ilu y se quedaron en el agua, cerca de una orilla bajo los arcos de la Caleta de los Ancestros. Neteyam miró a Ao'nung de reojo. También estaba nervioso, pero aparentaba ser más disimulado.

- Creo que la Gran Madre, nos envió a mí familia, y a mí, hasta aquí por alguna razón. - Continuó hablando el primero. - Y ya no tiene caso seguir resistiéndome a lo que intuyo, ni a lo que siento. - el hijo de Toruk Makto miró al hijo de los líderes metkayina, esta vez directamente a sus ojos. - Estoy seguro de que tú, eres parte de esa razón. Pero no podemos seguir con esto. No podemos acercarnos más.

Ao'nung no pudo evitar reírse.

- ¿En serio armaste todo ese hermoso diálogo, sólo para decirme que no podemos ser más que amigos? Déjame entender. Si Eywa nos quiere juntos, ¿por qué no podemos estarlo?

- Porque creo que no tendría ningún propósito.

El metkayina buscó la mirada del otro, pero no pudo encontrarla de nuevo. Neteyam apretó un poco los labios, soltó un suspiro y siguió hablando.

- Nunca tuve la sensación de que tendría una vida larga. Esas ilusiones de pasar una vida juntos son sólo eso, ilusiones.

- ¿Por qué dices eso? - El tono de Ao'nung cambió drásticamente, a lo que el otro volvió a mirarlo a la cara.

- He tenido sueños. - dijo, después de un rato de silencio. - Sueños confusos, donde hay peleas, pánico, gritos. Y luego sólo agua. Veo mi mano, manchada de sangre, y después nada...

- Sólo son sueños, Neteyam. - lo interrumpió el chico del mar. Ao'nung no sabía si habló para parar los pensamientos de su amigo, o los suyos propios. Sólo sabía que no quería oír lo que el otro le decía.

- ¿Y si no lo son, Ao'nung? Si realmente significan algo, una unión como esta no tiene vuelta atrás, y lo sabes. - Neteyam acercó una mano al agua, e hizo que las semillas pasaran entre sus dedos. - Dicen que la pérdida, duele tanto como una quemadura terrible...

- Aunque me queme. - se apresuró a responder el metkayina. - Prefiero sentir el dolor de la realidad, a tener la incertidumbre por el resto de mi vida, de qué hubiera pasado si lo hubiésemos intentado. - le tomó el mentón con un par de dedos e hizo que volteara su rostro hacia él. - Y si te pierdo en esta vida, prometo que te vengaría.

El omaticaya lo miró, descifrando la honestidad en sus palabras.

- Teniendo a todo el mundo bajo tus pies, Ao'nung. - le dijo, en voz baja, sin apartar sus ojos de los de él. - Podrías elegir a quien quieras para que sea tu pareja...

- Y yo te elijo a ti, Neteyam. - respondió el aludido, con firmeza. - Quiero que me permitas unirme a ti. Y para eso, necesito que me digas si sientes lo mismo por mí.

Neteyam volvió a repasar lo que estaba pensando antes. Examinó cada porción de la expresión que tenía Ao'nung en el rostro. Luego, suavizó su mirada.

- Sí. Quiero tenerte en mi camino. A mi lado, como ahora. - el omaticaya tomó su trenza neural, y dejó al descubierto los filamentos que se movían ondulantes. - ¿Estás seguro de esto?

- Completamente. - le respondió Ao'nung, mientras tomaba su trenza.

Los zarcillos de ambos se acercaron entre ellos, como si se estuvieran buscando, hasta que se entrelazaron los unos con los otros con lentitud, y luego quedaron unidos firmemente, creando un brillo resplandeciente con su conexión.

Aunque Me Queme [AonuNete] {EN CORRECCIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora