The Last Wish | Taekook

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18 de noviembre de 1978

Jungkook había llegado a casa tarde ese día. Y sus sospechas se hicieron realidad cuando encontró a su madre sentada en el borde del pequeño jardín con una botella en la mano. Quería sentirse indiferente a la situación, pero no podía. Otra vez lo había vuelto a hacer.

Gritos y más gritos era lo único que recibía cada que llegaba a su casa. Su madre había estado más temperamental este último mes.

¿Era normal tenerle miedo a la persona que te dio la vida? No la conocía en ese momento. Ella solo llegaba a su casa a tomar y a la mañana siguiente se marchaba a su trabajo como siempre. Había aprendido a ignorarla en distintas situaciones, pero no podía ignorarla cuando ella se ponía a gritar y a llorar de la nada.

Lo hacía sentir como si fuera el peor hijo de la historia. ¿Qué tan mal se debía sentir para hacerse eso a ella misma? No estaba enojado con ella. Cualquiera en su lugar la odiaría. Pero él solo se sentía mal por ella. Se sentía mal con él mismo por no poder hacer nada.

"Ma, vamos a casa." Pidió el chico, mientras le quitaba la botella de la mano y la vaciaba en la vereda. "Estoy cansado hoy, ¿sí? Solo vamos a casa."

Jiwoo no dio nada, solo se levantó y siguió a su hijo. No sentía nada. Ella odiaba ver a su hijo mal por ella, pero odiaba más el hecho de que eso no la hacía sentir nada. No se sentía mal por estar mal. No tenía ganas de dejar de beber porque eso la hacía olvidarse de las cosas.

Ser viuda o divorciada era mal visto en ese tiempo. Los comentarios nunca faltaban. Las señoras que no tenían otra cosa que hacer, ya que sus esposos trabajaban mientras ellas cuidaban de la casa, la paraban señalando. No debía importarle, pero la afectaba. Sus propios padres la señalaban. Le decían que no podría cuidar de su hijo sola, porque era mujer.

Y quizá tenían razón. No por el hecho de que una mujer no pueda cuidar a su hijo sola. Sino que ella era la que no podía. Ella misma no se sentía capaz en el momento.

Cuando llegaron a su casa, Jungkook fue directo a su cuarto a bañarse. Jeon Jiwoo bebió una taza de café negro y subió al cuarto de su hijo. Él siempre había sido un chico ordenado. Tenía sus cuadernos en pilas encima de su escritorio, y en su velador vio una cámara que nunca había visto antes. Le pareció extraño, ya que ella no lo había comprado. Revisó las fotos al lado de esta y sonrió al ver fotos de paisajes. Lugares en Busan que ella recordaba haber visitado cuando era joven.

Luego de pasar unas diez fotos, encontró fotos de un chico rubio con el uniforme del colegio.

"¿Ese no es el... vendedor de caramelos?" Jiwoo se preguntó.

En todas las fotos que seguían, el chico era el personaje principal. ¿Sería un amigo de Jungkook? Ella no lo había conocido aún. Jungkook no solía mencionar lo que hacía día a día en casa.

O quizá ella escuchaba muy poco.

Su hijo salió del cuarto de baño con una toalla en los hombros y con su pijama puesto y su expresión se endureció cuando vio lo que su mamá tenía en las manos. Se acercó y las quitó despacio de sus manos para guardarlas en el cajón.

"Mamá, ¿pasó algo?"

"Solo veía tu cuarto. El chico de las fotos, ¿es tu amigo?"

Jungkook asintió, para no seguir con la conversación.

Jiwoo miró atentamente los movimientos de su hijo. El chico con el que le dijeron que estaba su hijo en San Valentín, entonces era él. Y el amigo con el que a veces se quedaba a dormir era él también. Y quizá también el mismo chico con el que viajó a Seúl a inicios de año.

"¿Cómo se llama?"

"Se llama Taehyung, lo conocí hace un año por un proyecto de la escuela."

Jiwoo asintió y salió del cuarto de su hijo para bajar a la sala de estar. Se sentó mirando la televisión, pero el hilo de pensamientos que estaba creando le hacía difícil concentrarse en la chica que hablaba detrás de la pantalla.

Solo espero que no se meta en algún lío con ese chico, pensó mientras cerraba los ojos.

¿Con qué derecho lo decía? Si ella misma lo estaba metiendo en uno.