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12 de enero de 1978

"Kim, Jeon. El trabajo "Decalcomanía" que presentaron al museo de artes nacional de Corea del Sur ha sido aceptado para pasar a las finales, en donde se hará una exposición en Seúl el día 12 de enero del año siguiente."

Hace dos meses, ambos chicos se habían emocionado al escuchar decir a su profesor estas palabras. Ya había llegado el día de la exposición. Y ese día también anunciarían a un ganador. Había alrededor de 30 obras concursando, de distintas partes del país. ¿Era mucho esperar que ganaran? La probabilidad era muy baja, y Jungkook no había podido dormir esa noche mientras jugaba con sus manos al estar nervioso.

Por otro lado, el chico durmiendo a su lado parecía estar tan cansado que ni un balde de agua en la cara lo despertaría. Jungkook había intentado despertarlo un par de veces y el chico ni se movía.

"¿Hyung? ¿Estás muerto?"

Pero el contrario seguía en un sueño profundo. Jungkook decidió dejar la cama y darse una ducha. Eran las cinco de la mañana, ya no tenía caso intentar dormir. La exposición empezaba a las 11am y el anuncio del ganador era hasta la 1pm, por lo que su abuela les había ofrecido almorzar en la calle, y ellos no tuvieron más opción que aceptar. Aunque no podía mentir. Le gustaba almorzar fuera, aunque no lo hiciera seguido, ya que a su madre no le gustaba que gastara el dinero en esas cosas.

Cuando dieron las ocho de la mañana, Taehyung se sentó en la cama y empezó a rodar por ella, estirándose de paso. Siempre hacía eso en las mañanas, ya era costumbre. El día anterior Jungkook tampoco había despertado a su lado. ¿Por qué su amigo se levantaba tan temprano, siendo la cama tan cómoda?

"¡Santo Dios, chico, cuida tu cuello!"

La Abuela Rin entró al cuarto para avisarle al chico que ella y Jungkook ya estaban por desayunar y lo encontró en una posición inhumana a su punto de vista. Si ella hacía eso probablemente termine en el hospital con cinco operaciones y dos huesos rotos. Ahg, ¿por qué la vida era tan injusta? Esos jóvenes hacían cosas que ella nunca hizo en su juventud.

Taehyung, estando con los pies por encima de su cabeza y estirando su espalda hacia atrás, se intentó deshacer de la posición rápidamente, por lo que terminó en el suelo. Todo su peso cayó sobre su brazo izquierdo. Que alguien le de fuerzas.

Se levantó sobando su brazo y lo único que escuchó fueron risas provenientes de la puerta. Los dos Jeon estaban riéndose de su mini espectáculo, y él solo quería que su brazo dejara de doler.

"Hyung, no sabía que eras un acróbata," molestó Jungkook. "Me hubieras avisado y en vez de sacar tickets para la exposición te llevaba a un circo o algo parecido."

"Yah, ¡Jeon Jungkook! Soy mayor que tú, deberías respetarme más." Fingió una mueca molesta. "O al menos deberías ayudarme." Dijo lo último en voz baja, pero lo suficientemente audible para que el menor se acercara a levantarlo como si este fuera una pluma.

En serio que tenía que hacer más ejercicio.

"El desayuno está servido así que bajen antes de que se enfríe." La señora salió del cuarto, secando una lágrima en el borde de su ojo, causada por tanta risa.

Es lindo tener compañía de vez en cuando. Pensó. Ya estoy vieja, estas cosas pasan. Se repetía. Y es que, cuando tus hijos se van a formar sus propias familias no los puedes retener contigo porque sería injusto, pero si te quedas solo, empiezas a extrañar los momentos en los que la casa era ruidosa y no podías dormir, porque el silencio era el peor de los ruidos.




Wow. Y en serio, wow. Todo Seúl parecía estar en la entrada del museo, como si ese fuera el concierto de los cantantes más populares del mundo. Quizá debieron haber llegado más temprano, aunque estaba feliz de que la Abuela Rin haya podido conseguir los productos nuevos para la casa que tanto quería comprar.

The Last Wish | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora