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31 de diciembre de 1981

Los hospitales eran un lugar horrible.

Eso pensaba Jungkook en ese momento. Quizás era porque su padre había ido a los hospitales seguido que no tenía un buen recuerdo de ellos. Quizás era el hecho de que veías gente sufriendo por todos lados.

Giras a la derecha y ves a alguien en silla de ruedas. Giras a la izquierda y ves a un pequeño niño llorando porque le duele algo. Vuelves a mirar al frente y ves a las enfermeras corriendo mientras empujan una camilla con alguien que acaba de tener un accidente.

El solo hecho de ver ese tipo de cosas le daba escalofríos. Pero ahora, al ver a Taehyung encima de una camilla con unas máquinas conectadas a su cuerpo, esa sensación era mucho peor. Habían pasado un par de horas desde que lo llevaron al hospital. Cuando se desvaneció, Jungkook no podía pensar bien. En medio de la confusión y la negación de lo que estaba ocurriendo se quedó helado y quieto por unos segundos. Y antes de darse cuenta, se encontraba abrochándose el cinturón del carro de Yoongi para llevarlo al hospital más cercano.

Jungkook miraba sus manos; estaban heladas. Sus uñas estaban a punto de romperse por haber estado jugando con ellas por un buen rato. Él era el único en la habitación. Yoongi era el que lo había acompañado, ya que Jimin se había quedado junto con la abuela Rin en el departamento. Era mejor así, creían. Además, era casi imposible que dejaran entrar a cuatro personas a un cuarto de hospital.

Un doctor alto y joven lo atendió. Les dijo que le estaban haciendo exámenes y que lo más probable era que el chico despertara en unas horas. No estaban seguros de qué diagnóstico darle. Si decían que Kim era un chico sano, ¿por qué se desvanecería de la nada?

Taehyung sentía un dolor punzante en la cabeza y en el pecho. Abrió los ojos, o pensó que los abrió, y por un momento vio todo negro, luego todo comenzó a hacerse borroso y finalmente vio una luz en un cuarto blanco. Sintió su mano tibia, y vio a su novio con la cabeza apoyada en la camilla y él sostenía su mano. Jungkook se había quedado dormido.

"¿Jungkook-ah?"

El nombrado parpadeó un par de veces y se levantó bruscamente cuando reconoció esa voz. Miró el reloj, era alrededor de las 3am, habían pasado casi cuatro horas desde que estaba en ese pequeño cuarto y al fin Taehyung había despertado.

El chico se acercó y con cuidado abrazó al rubio, fijándose de no lastimarlo o hacerle doler algo.

"¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? El doctor aún no nos dice nada, solo sé que-"

Taehyung puso su índice en medio de los labios del menor, diciéndole que guardara silencio. "Está bien, Jungkookie. No me siento mal, ¿sí? Yo sé que estará bien."

Taehyung se sentó y dejó un corto beso en la frente del pelinegro. El doctor entró después de unos quince minutos y dejó unas hojas en la mesa.

"Jungkook-ssi, mi equipo y yo hemos buscado y comparado las muestras de sangre de Kim con las de muchas enfermedades y no hemos logrado encontrar nada. No sabría explicarle por qué ocurrió este suceso. Siento no poder darles una respuesta clara, les dejo mi tarjeta por si en algún momento necesitan hacerme una consulta. Lo único que podría recomendarte, Taehyung-ssi, es que comas bien y mantengas tu cuerpo haciendo actividad física, aunque sea salir a caminar unos minutos al día. La enfermera entrará con los papeles de alta en un rato, necesito la firma de la persona que te trajo para que te puedas retirar. Eso sería todo, por favor, traten de descansar bien, ambos. Son jóvenes, disfruten ese momento." Dicho eso, el doctor salió y cerró la puerta con cuidado.

Taehyung tomó la tarjeta que estaba sobre la mesa y la leyó. "Park Jungjae. Doctor general." Había escuchado ese nombre antes, aunque quizás era solo una coincidencia.

The Last Wish | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora