Extra: Jugador

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-... quien iba a pensar que eras tu de quien hablaba ian- hablo el juez cuando extendió su mano hacia mew para estrecharla. - cuando te conocí eras un joven serio pero alocado por lo bajo, siempre con un compañero nuevo por día -

Mew estaba agradecido, el mayor había viajado desde una larga distancia para oficiar su matrimonio secreto.

El alfa no se preocupó demasiado, estaban a una distancia algo larga y gulf lo esperaba distraído mientras se despedía de quien alguna vez fue su profesor.

Pero no fue así, con una oreja pendiente de las palabras del mayor gulf oyó su voz ronca que no tuvo cuidado de mantener la discreción.

-...  cuando me enamore eso quedó atrás - suspiro gulf algo nervioso - ahora tendré mi propia familia, eso es mas que pasado y pisado  vamos a tener un cachorro... En ese tiempo no sabía que podía ser tan feliz... Estaba amargado y era estúpido -

Ambos fueron en direcciones opuestas, mew busco a gulf que antes estaba ahí pero ahora ni pistas. El alfa llegó a la entrada, increlemente su corazón latía tan rápido que ni siquiera se atrevía a girar el pomo, pero de emoción. No cabía en su cabeza todo esto, antes siempre estaba atento de que cualquier cosa de su pasado pudiera volver y hacer que gulf se marchará, quizás se cansaría de él y lo dejara. Eso lo devastaria.

Arreglo su hermoso traje negro por la solapa, ahora quisiera revisar su aspecto en el reflejo de algún espejo pero no lo tenía cerca, arregló su cabello, respiro profundo y entró. Tampoco había una sola señal de gulf en ninguna parte.

Subió al segundo piso y la única puerta abierta daba al cuarto que era de su padre y el cual no había sido usado hace mucho. La limpieza fue hecha por él, como era el cuarto matrimonial tenía una botella de champaña y un poco de sidra sin alcohol para el omega. Comida para disfrutar en la cama y un ambiente creado para la noche de bodas, velas, música… Todo en su lugar.

Cuando entró vio a gulf solo con la camisa de su traje, la espalda del omega marcaba su cintura perfectamente desde el pantalón, con sus largas piernas bien torneadas.

Mew solo alcanzó a dar dos pasos al interior cuando oyó al omega hablar.

-¿esto también era parte? - levantó un pequeño látigo de color negro brillante, con una mano sostuvo su codo y lo sacudió mientras giraba - no sabía que te gustaban estas cosas-

Lo arrojó a una caja de madera a los pies de la cama. Mew apenas y había notado que estaba abierto aquel baúl.

Gulf se sentó a los pies de la cama y casi burlesco pero fingiendo perfectamente estar molesto - alocado siempre con un compañero nuevo- canturreo, se cruzó de piernas sin mirarlo - Bueno, sabía que eras un coqueto pero uno nuevo cada día, ni yo me entere de eso -

El mayor apretó sus manos sudorosas por los nervios. Maldito anciano boca suelta, como pudo hacer un comentario tan innecesario justo en su boda. Se acercó de manera casi felina y quedó frente a él, se acunclillo y puso sus manos sobre las rodillas del menor

- eso esta en el pasado, hace mucho tiempo, de cuando estaba en la universidad… Yo… Yo Estaba mal, estaba confundido, era un tonto… -

El alfa puso su rostro contra la pierna - perdona bebé, no tenía idea que diría algo tan desubicado - gulf quiso reírse cuando noto la expresión afligida, desvío la vista casi sonriendo, apretó los ojos y respiro profundo.

-mmmh no lo sé, no me siento bien con esto-

-Lo siento, amor lo siento… - él realmente se puso tenso. De rodillas en el piso puso ambas palmas entre sus muslos, bajo el rostro sin saber como mas justificar algo que pasó hace tantos años pero que entiende perfectamente, él no tiene el mejor prontuario y aunque en el pasado podría haber dejado a cualquier otro chico regañar sólo, que si le molesta lo termina, que si no quiere se vaya  estamos hablando de gulf.

El límite del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora