Capítulo 10

141 21 7
                                    

—¡No! ¡Eso es trampa! —El grito de Changbin resonó en todo el lugar, haciendo que varias personas que estaban allí voltearan a vernos, mientras que el culpable de eso se ganó un zape de parte de Felix por ser tan ruidoso.

—Claro que no fue trampa, Bin. Deja de pelear.

—¡Minho! —lo llamó Changbin, haciendo que éste diera un pequeño respingo por su grito—. Tú que pareces ser una buena persona, dime tu opinión, ¿fue trampa o no?

—Emm, la verdad jamás he jugado a los bolos, así que no podría decir si lo fue o no —Se encogió de hombros con una expresión de disculpa.

—No fue trampa, Bin —repitió Felix.

—Para mí sí lo fue —me uní a la conversación—. Estabas sobre la línea cuando lanzaste.

—¿Ven? No fui el único que lo notó —se quejó de nuevo el pelinegro.

—Bien, tengo una idea —habló ahora Chan—. Repitamos esta ronda y todos contentos, esta vez sin hacer trampa de ningún tipo, ninguno. —Nos miró a todos—. ¿Entendido?

Todos asentimos de acuerdo.

—Vas primero, Hyung —le dijo Jisung a Chan y éste asintió, poniéndose de pie y tomando su bola favorita para después posicionarse en el lugar correspondiente.

—Gracias por apoyarme, Jinnie —me susurró Changbin apoyando su mano en mi pierna.

—No fue nada, Felix sí estaba pisando la línea cuando lanzó, yo sólo dije la verdad —le respondí de igual modo, palmeando su mano.

—Jisung se ve realmente feliz con él, ¿no crees? —Lo señaló con la mirada, mientras que éste le explicaba a Minho cómo se jugaba el bowling y le daba tips de cómo lanzar mejor para derribar todos los pinos en el primer intento.

—Es cierto, y después de lo que ocurrió con el idiota de Junior no había vuelto a ser él mismo, pero con Minho veo que está volviendo de nuevo a sonreír como antes, y eso me hace muy feliz.

—A mí igual, al igual que tú conozco a Jisung desde niño y no te imaginas lo doloroso que fue verlo tan roto por culpa de alguien que no supo valorar lo que tenía.

Ambos suspiramos al mismo tiempo, por lo que nos miramos y reímos.

—Es algo triste que seamos los únicos sin pareja por aquí, o al menos en algo —dije volviendo a suspirar.

—Sí, pero el resto de personas no tienen porqué saberlo. —Me sonrió cómplice y enseguida entendí a qué se refería, por lo que reí y tomé su brazo para hacer que rodeara mis hombros, mientras recostaba mi cabeza en el suyo.

—¿Así es suficiente? ¿O tenemos que besarnos también? —pregunté entre risas, haciéndolo reír también.

—Sólo si tú quieres hacerlo —susurró muy cerca de mi oído, haciendo que me diera un escalofrío.

En ese momento vino a mi mente aquella noche de la fiesta, y la sensación que experimenté al besar a aquel chico, del cual no volví a saber absolutamente nada.

Supongo que Jisung tenía razón, aquel beso sólo quedará como un buen recuerdo y nada más que eso.

—Necesito ir al baño, ya regreso. —Dejé un pequeño beso en su mejilla y me levanté para dirigirme a los sanitarios.

Luego de hacer mis necesidades me lavé las manos y me eché un poco de agua en el rostro para refrescarme, consiguiendo así despejar mi mente de la gran oleada de pensamientos que me habían invadido de repente.

—Sólo un buen recuerdo —susurré mirándome en el reflejo del enorme espejo que se encontraba en aquel baño.

Asentí a mis propias palabras y me dirigí a la puerta para salir de allí, pensando en qué bebidas comprar para Changbin y para mí. Y eso iba a hacer, antes de chocar con alguien por estar revisando las notificaciones de mi celular, causando que me tambaleara y sin querer soltara mi celular, el cual terminó en el suelo con un golpe algo fuerte, lo que me asustó.

—¡No! ¡Mi bebé! —Me arrodillé inmediatamente frente al aparato que parecía muerto.

Y no, no exageraba.

—Joder, resiste, por favor, no mueras tan pronto —balbuceaba mientras tomaba el teléfono entre mis manos y lo revisaba por todos lados—. No tengo dinero para reemplazarte así que por favor no mueras aún.

A quién engañaba, estaba a nada de llorar. La pantalla estaba rota y por más que apretara el botón de encendido el celular no parecía reaccionar.

A lo lejos se escuchaba una voz que no paraba de disculparse, pero sólo podía prestarle atención a mi preciado, y aparentemente muerto, bebé.

—Mierda, lo siento mucho, venía distraído y no te ví hasta que fue muy tarde, de verdad lo siento. Te pagaré por el teléfono, lo prometo. En serio no fue mi intención —repetía la voz una y otra vez, haciéndose cada vez más cercana hasta que reaccioné, frunciendo el ceño con enojo y alzando la vista para dedicarle una de mis peores miradas al responsable de la muerte de mi bebé, pero al ver el rostro del chico la mueca de enojo fue reemplazada por una de sorpresa.

—Tú —dijimos ambos al mismo tiempo cuando conectamos miradas.

No, era imposible que fuese él.

¿Es en serio? Qué mundo tan pequeño. Pensé sorprendido y tragé saliva con dificultad para no ahogarme y poder hablar.

—¿Eres aquel chico del autobús? —pregunté sin poder ocultar la sorpresa.

Asintió.

—Tú también eres el chico de ese día, ¿cierto? —Asentí también.

—Qué mundo tan pequeño, wow. — Se rió divertido, extendiendo una de sus manos hacia mí para ayudarme a levantarme, la cual acepté y rápidamente me puse de pie—. ¿Me permites? —Extendió su mano abierta frente a mí, señalando con la mirada el celular en mi mano.

Algo dudoso accedí y dejé el aparato en su mano con cuidado, acto seguido lo examino minuciosamente para después mirarme más animado.

—Mi hermano es técnico de celulares, si se lo pido yo puede arreglarte el celular gratis, la pantalla es la que parece más dañada pero a juzgar por el modelo se le puede conseguir un repuesto fácilmente. Y no debes preocuparte, fue mi culpa que se rompiera así que yo pagaré por todas las reparaciones que necesite, ¿te parece? —habló tan rápido que apenas y pude asentir, aún procesando sus palabras.

—Gracias —atiné a decir, sintiéndome algo tonto porque fue todo lo que pude formular en ese momento.

—No hace falta que agradezcas, es lo justo. Y de nuevo discúlpame.

—Ya, ya. Ya te disculpaste lo suficiente. —Reí divertido, haciéndolo reír también.

Wow, su sonrisa es realmente bonita. Dije para mis adentros.

O eso creí.

—Gracias. —Se sonrojó levemente.

No me jodas que lo dije en voz alta.

Palidecí un poco. Jisung tenía razón.

—Ejem —aclaré mi garganta, dándome cuenta de que ni siquiera nos habíamos presentado—. ¿Puedo saber tu nombre?

—Yang Jeongin, ¿y el tuyo?

—Hwang Hyunjin, un placer conocerte.

●●●

Subo esta pequeña actualización para celebrar las 700 lecturas de la historia.
La verdad no esperaba que llegara tan lejos, al menos no aún, pero me hace muy feliz cada vez que veo un nuevo voto, comentario, o que me agregaron a alguna lista de lectura.
Muchas gracias por el apoyo. ♡

•Kim ShinSeo•

ɪ ᴋɪꜱꜱᴇᴅ ᴀ ʙᴏʏ [ʜʏᴜɴɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora