Capítulo 11

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—Hyunjin, cariño, llamó un chico llamado Jeongin. Me pidió que te dijera que se vieran en el centro comercial de la otra vez, algo sobre un celular —me informó mi mamá con una mueca confusa mientras comía mi desayuno.

—Oh, gracias por avisarme —respondí con una sonrisa—. ¿Te dijo a qué hora?

—Cierto, sí, me dijo que a las 3:00 p.m.

—Perfecto, gracias. —Terminé de comerme lo último que quedaba en el plato y me levanté para lavarlo, dándole un beso a mi mamá en la mejilla al pasar por su lado.

—¿A qué se refería? ¿Qué celular? —preguntó sin poder ocultar la curiosidad.

—Oh, no es nada, sólo un accidente que ocurrió con el mío el otro día, pero como su hermano es técnico de celulares se ofreció a llevarlo a reparar. Por eso le dí el número de la casa, para que me pudiese contactar —expliqué tranquilo mientras me secaba las manos, luego de lavar el plato.

—¿Y dónde conociste a ese tal Jeongin?

—¿En serio vas a hacerme el típico cuestionario de mamá preocupada? —Reí volteándome para verla—. No te preocupes, Ma. Jamás le hubiese dado mi celular o el número de teléfono de la casa si creyera que hay algo raro con él, ya estoy grande, ¿sí?

Bufó, aún no del todo satisfecha con mi respuesta.

—Así que quédate tranquila, ¿bien? —Tomé su rostro entre mis manos y dejé un corto beso en su frente—. Ya me tengo que ir o llegaré tarde a clases.

Subí a mi habitación, cepillé mis dientes rápidamente y terminé de guardar todo en mi bolso para después bajar de nuevo a la cocina para despedirme.

—Te veo más tarde, te quiero.

—Y yo a ti, cariño.

Nos dimos un fugaz abrazo y luego de salir de la casa me dirigí rápidamente a la parada de autobuses, llegando justo a tiempo porque mi autobús por poco y se iba.

Algunos minutos después cierta ardilla llamada Jisung subió al autobús y al verme una amplia sonrisa se formó en su rostro.

—Hola, baby, ¿me extrañaste? —preguntó apenas tomó asiento a mi lado.

—Creo que me extrañaste más tú a mí, como no tengo celular no pudiste bombardearme con diez mil mensajes, ¿cierto? —pregunté divertido, haciéndolo reír.

—Me conoces demasiado bien.

—¿Cómo no hacerlo? —dije con ironía, haciéndolo reír de nuevo.

•••

Las clases pasaron mucho más lento de lo que me hubiese gustado, puesto que no me podía sacar de la cabeza el compromiso que tenía esa tarde; específicamente a las 3:00 p.m., con un chico de cabello azul y linda sonrisa, y que tiene por nombre Yang Jeongin.

Dirigí por millonésima vez mi vista al reloj de pared que se encontraba en el salón, 1:49 p.m., faltaban sólo once minutos y sería libre. Once lentos, aburridos e insufribles minutos.

Garabateaba cosas sin sentido en los bordes del cuaderno, puesto que ya había terminado de copiar todo lo que el profesor había puesto en el pizarrón y no sabía qué más hacer para matar el tiempo. Alcé la vista de nuevo, 1:52 p.m.

¡¿Apenas tres jodidos minutos?! ¡Se sintieron como diez!

Bufé impaciente, ni siquiera estaba Jisung para hablar con él, tenía un proyecto con algunos compañeros y el profesor de música, entonces tuvo que retirarse del salón para trabajar en el proyecto ese. Sin mencionar que no me quería decir nada sobre lo que harían o de qué trataría, cuando le pregunté sólo me dijo: "Lo siento, Jin-ah, tendrás que esperar al igual que los demás, el profesor fue muy claro al decir que no contáramos nada. Es para mantener el misterio y que más personas vayan a la presentación, así sea por curiosidad."

ɪ ᴋɪꜱꜱᴇᴅ ᴀ ʙᴏʏ [ʜʏᴜɴɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora