◖𝐒𝐞𝐫á𝐬 𝐦í𝐚, 𝐝𝐞 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐦á𝐬...𝐦𝐢 𝐬𝐨𝐥 𝐜𝐚𝐫𝐦𝐞𝐬í~◗
En la actualidad aun existían los demonios, al igual que los cazadores de demonios. Tu siendo la rencarnación del primer espadachín capaz de derrotar al rey de los demonios. Pero...
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Llevabas un tiempo caminando intentando encontrar la salida de esa "dimensión", pero tus esfuerzos eran en vano, no había salida. Una presencia hizo que desvainaras tu Katana y la pusieran en el cuello del demonio que estaba atrás tuyo.
"Luna superior Dos" fue lo que leíste al chocar miradas con el demonio.
—Oh~, ¿Quién tenemos aquí?—jugueteo al ver como la "protegida" de su amo estaba suelta por la fortaleza infinita
Estabas apunto de utilizar tu aliento para cortarle la cabeza al ver como no demostraba signos de intentar atacar, pero su vos te freno.
—Espera!~, te puedo guiar a la salida de este lugar...—ladeaste la cabeza confundida ¿Te quería ayudar?—Y no quiero nada a cambio, solo te guiare y ya
En realidad quería un poco de diversión, seguramente si se enterara Muzan lo haría explotar en mil pedazos, pero la emoción de como reaccionara al saber que esa hermosa chica que había secuestrado hace poco se escapo, podía más.
Bajaste la Katana de su cuello y le diste un asentimiento con la cabeza para que te guiara, no te quedaba de otra que confiar mientras tanto en ese demonio. Caminaron unos minutos hasta que llegaron a una puerta, te sonrió y la abrió, dejando ver una ciudad. Lo miraste por ultima vez y saliste sin más.
El viento pego en tu cara levemente, las personas caminaban en sus propios mundos sin notar que estabas ahí. Una sonría inconsciente apareció en tu rostro al ver humanos al tu alrededor. Pero se desvaneció al notar que estabas en Tokyo, tenias que salir cuanto antes de ahí.
Oh...demasiado tarde, alguien te vio.
—¿___?...¡____!—volteaste para ver quien te había llamado, casi se te sale el corazón al ver a Manjiro con los ojos llorosos a unos metros de distancia. Se le notaba demacrado, sus ojeras eran demasiado notorias, su físico...dirías que estaba más flaco que la ultima vez que lo viste
Empezaste a caminar rápidamente en sentido contrario mientas intentabas perderte entre las personas, pero un grito más resonó en tus oídos, esa voz también la conocías...Sanzu. Lo que te faltaba.
Tus pasos aceleraron al ver un callejón, podrías esconderte ahí, te aseguraste que te perdieran de vista y sin pensar más, te adentraste a ese callejón desolado. Saltaste hacia el techo y te fuiste de ahí.
. . .
El lugar estaba echo un desastre, libros, mesas, tirados por doquier. El progenitor de los demonios estaba demasiado molesto, y las lunar superiores estaban al tanto de ello. No querían ni acercarse hacia su amo. Y no estaba enojado contigo, si no con Akaza, El te había ayudado a escapar de las cadenas que te retenían dándote tu Katana, y por si fuera poco, lo mataste. Hubiera deseado el mismo matarlo, pero ya se había desvanecido.
Pero una duda cruzo su mente, era imposible que tu hayas descubierto la salida de la fortaleza infinita tu sola, alguien...que conocía perfectamente ese lugar debió ayudarte. ¿Quien...se atrevió a hacerlo?.
Kokushibo no estaba en la fortaleza, Daki y Gyuntaro serian incapaces ya que estaban en el distrito rojo, Nakime había estado con el todo el día ayudándolo a camuflarse de los cazadores y las personas, la cuarta y quinta luna tampoco se encontraba en la fortaleza....Douma.
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