Capitulo 4: Paz

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Capitulo 4

Paz

Despertar ¿Como algo tan sencillo, puede resultar tan díficil?

Ya había pasado una semana desde que volví del campamento y en todo ese tiempo no había ido al instituto.

Sabía que era tiempo de volver, que debía enfrentar mi realidad, ya había perdido dos examenes y si seguía así, seguro reprobaría el año.

Pero, sencillamente no tenía fuerzas para levantarme y si lo hacia era para ir al baño o a  buscar una vaso de leche y volver a tirarme en la cama.

Habia pensado mucho y siento que la muerte de Belén fue el detonante que faltaba para cumplir con una tarea que me habia impuesto hace unos cuantos años atrás y que ella, sin saberlo, me habia ayudado a dejar. Ahora ya no tiene sentido.

Asi que me levante, saque dinero debajo del colchón y me fui a un cybercoffe, puesto que no tenia impresora en mi casa.

Espere tres horas para que pasara el autobus y regrese a casa.

Como de costumbre, papá no estaba, no queria darle tanta importancia, pero ya habian pasado dos dias en los que él no volvia, no sabia a donde habia ido, ni en donde podria estar.

—Solo espero que este bien — suspire, mientras subia a mi habitacion.

No les mentire intente contactar a Danna como diera lugar, le marque mil veces.

Fui hasta su residencia —ya que Danna no era de la cuidad y sus padres vivian en otro estado— la cacera me informó que se habia mudado. Cosa que me parecio extraña ya que ella no me habia contado sobre sus planes de mudanza.

Queria descubrir lo que sea que haya pasado en el campamento, en esa fiesta, aún no tenia recuerdos y se que ella era una clave fundamental para recordar lo que paso. Pero no habia modo, la única opcion era ir al instituto. Cosa que ya haré.

Y bueno, Manuel, también me dolia que de la noche a la mañana desapareciera sin dar explicación, pero si lo que se decia de mi era cierto, yo tenia que darsela a él.

Debia pensar una solución. Pensar...
¡Como quisiera tener el poder de apagar mi mente!

Movi el estante lleno de peluches a un lado y observe todos los calendarios con las equis rojas. En los mapas las equis rojas marcan el lugar ¿No?

Para mi, era cada vez que pensaba en ellas.

Asi que había un papel tapiz echo de calendarios con equis. Sin un solo dia sin marcar.

Y si había desechado esta idea, pero cuando te encuentras entre la espada y la pared, sin salida, haces todo lo posible por encontrar una luz, esta era mi luz.

Me agache a pegar el calendario que tenia en mis manos, ese que fui a sacar en el cybercoffe.

Pero este será diferente de los otros.

Será diferente, porque es el último.

*********

Sentada en mi lugar, miraba la hoja de examen que segundos atras el profesor me habia entregado.

—¡Veinte jodidas preguntas! —me replanteé mi existencia en el asiento. Me rasque el cuero cabelludo.

¿Como es posible? Faltas una semana y ya deberias saber todo sobre Victor Hugo. Lugar de nacimiento, fecha. Padres. Hermanos. Hijos. Todo. Lo unico que faltaba era saber si le fue infiel a su esposa.

Trozos #1: Kintsugi, el arte de querer nuestras cicatrices.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora