En un mundo desconocido

98 20 7
                                    

En un tiempo y lugar desconocido.

Towa reprimió sus ganas de vomitar. Su cuerpo dio demasiadas vueltas en el viaje y ni siquiera tuvo tiempo de pensar en donde estaba, solo que había aterrizado violentamente y en el fondo, escuchaba gritos y sonidos de metal contra metal, metal contra carne, y un olor a sangre humana impregnando todo alrededor.

Cuando recuperó la visión, encontró la escena de una horda de soldados luchando desesperadamente con lo que era un... hombre? El susodicho empuñaba una espada capaz de torcerse, casi como un látigo, y con él destazaba a hombres y caballos como si fueran papel, apenas haciendo el mínimo esfuerzo.

Towa reaccionó por instinto a la horrenda masacre. Corrió, se acercó a una distancia todavia prudente de la matanza y gritó:

-¡Ey tu! ¡Que estás haciendo!-La hanyou se puso de pie con Kikujoumonji en posición para luchar.

El hombre de rió de manera inapropiada para la situación, pues a su alrededor solo había sangre, entrañas y cuerpos destrozados, no obstante se detuvo para mirar a Towa. Aprovechando la distracción, algunos soldados pudieron alejarse, salvándose de la muerte.

-¿Que hago? ¡Mostrar a estos blandengues lo que pasa cuando se desafía al gran Yakotsu!-Declaró él con una sonrisa divertida.-¿Tu también quieres probar un poco, niña?

La peliplateada miró alrededor, con profunda incomodidad debido al asqueroso mosaico que Yakotsu había pintado con su espada. Ese hombre era humano, pero su olor extraño hacia que Towa lo identificara como algo más, fuera lo que fuera, no le gustaba.

-Estás enfermo! No dejaré que vayas por ahí haciendo estas cosas a voluntad, degenerado!-Dijo Towa gruñendo.

Yakotsu se rió mientras jugaba con su espada, como preparándose para un baile.

-No me dejaras?-Preguntó Yakotsu con diversión.-Eres una chica muy amable para ser un demonio, no entiendo porque alguien se enfrentaría a mi para defender a estos inútiles, eran patéticos.

Towa no dignificó su comentario con una respuesta y cargó con su espada contra el enemigo. Yakotsu entonces transformó su sonrisa divertida por una maniática, feliz de tener un nuevo enemigo y ávida de matar.

Con un movimiento de su espada, esta desplegó sus cuchillas, que Towa bloqueó con su arma, pero la cuchilla curvilínea de Yakotsu serpenteó para sorpresa de la hanyou, y se dobló en un angulo muy cerrado, hiriendo en un costado a la joven híbrida. Ella gritó cuando el olor de su propia sangre, y el dolor, la alcanzaron.

Esa espada no tuvo problemas en atravesar su armadura. Fuera lo que fuera, Towa supo que debía tener extremo cuidado si quería sobrevivir.

Con su fuerza separó la hoja de su espada y de una voltereta hacia atrás, escapó de los cortes de Yakotsu. No obstante, el afeminado hombre no paró y siguió haciendo serpentear su espada en mortales estocadas contra la hija de Sesshomaru.

-Vamos niña! Baila!-Instigó Yakotsu, extasiado por los movimientos de la hanyou.-Cortarte en trozos será mas divertido que matar a esos soldados!

Towa no respondió, se limitó a seguir esquivando, buscando un momento para ejecutar una técnica con su youki, pero sin tener oportunidad. Un descuido... y seria destrozada antes de poder arremeter. Yakotsu no era humano, al menos no realmente, para lo que Towa podía entender, pero todavía su cuerpo podía ser destruido con relativa facilidad.

La hanyou por una vez, lamentó que su rival no pudiera atacarla con youki. Si Yakotsu fuera un youkai, Towa podría aprovechar su energía para alimentar sus técnicas, pero en cambio estaba atrapada con esa condenada espada que atravesaba sus vestimentas como si fueran papel.

De vuelta a tiempos difícilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora