Juntos (Bluey×Mackenzie×Jean Luc)

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Bluey se encontraba acostada en su cama, mirando el celular esperando el mensaje de alguno de los dos chicos informando su llegada.

Bingo entro. A pesar de años, ninguna de las dos quiso tener una habitación individual.
Siempre buscaban la presencia de la otra.

–Hoy se te junto el ganado hermana. –Menciono la pelirroja. Encendiendo su lámpara para leer el libro del mes. La red heeler siempre ha sido una ávida lectora.

–¿Juntar el ganado? –Se preguntó la mayor. Miro a su hermana. –¿A qué te refieres?

–Mackenzie. –Le respondió Bingo. –Jean Luc.

–¿Que tienen que ver ello? –Bluey seguía confundida.

–¡Mujer, esos dos están enamorados de ti! –Bingo no se podía creer que su hermana no se haya dado cuenta que traía al border calie y al labrador cacheteando las banquetas.

–¿En qué te basas Bingo? –Bluey no entendía. Mackenzie y Jean Luc eran solamente sus amigos. Y de verdad, le parecía algo impensable, el que sus amigos sintieran algo por ella.

–¡Hermana! –La menor le aventó una almohada. A ver si se le quitaba lo ciega. –¡Te miran como papá mira a mamá!

–¿Ósea? –Bingo estaba perdiendo la paciencia. Ya ni la protagonista de su libro le sacaba tantos corajes.

–¡Te miran con ojos de borrego a medio morir! –Se levantó yendo hacia su hermana. –¡Puedo ver amor en los ojos de esos chicos! ¡Amor que estoy segura, tiro toda mi colección de libros si no es así, que está destinado a ti!

Bingo sacudía a Bluey mientras recitaba esto. La segunda pensaba que su hermana enloqueció. Que todos esos libros y películas que ahora consumía la menor le distorsionó la realidad y que estaba viendo cosas donde no había nada.

–Bingo no digas locuras. Mackenzie y Jean Luc son mis amigos. Desde hace mucho tiempo. –La peli-azul quiera hacer entrar en razón a su hermanita. –Pero ok, supongamos que ellos están enamorados de mí. ¿No crees que me daría cuenta?

Bluey le sonrió a la pelirroja. Sosteniendo los cachetes de la menor que solo la miraba de forma juzgadora.

–No. Eres muy distraída. –Bingo le enseño la lengua. Librándose del agarre de su hermana. –¡Pero te acordarás de mí, cuando te des cuenta!

Bluey negó con la cabeza. Tomo su celular, entro a la aplicación de mensajería para verificar si no había algún mensaje de los chicos.

Sonrió al ver que efectivamente dos mensajes de distinto chat habían llegado durante el tiempo que estaba con la menor.

Bingo miro de reojo a Bluey, suspiro un poco preocupada. Conocía muy bien a la mayor.

Y es que ella es una persona muy sentimental, cuando se dé cuenta de que ellos están enamorados de ella...

–Solo espero que ninguno de los tres termine herido... –Susurro Bingo.