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El sol se colaba con fuerza por los amplios ventanales que había en la habitación de aquel hotel, haciendo que mi ya muy avanzada resaca hiciera que mi cabeza doliera como el infierno.

Patee las sabanas que cubrían mi cuerpo, ignorando el hecho de que me encontraba sin ninguna prenda de ropa. Me senté en el borde de la cama y restregué mis manos por mi rostro para despabilarme.

En el momento en el que hice fuerza con un pie para poder pararme un dolor en mi espalda baja y parte de mi trasero se hizo notar, provocando que se me aflojaran las piernas y cayera. Y gracias a eso me encontraba en el suelo, quejándome del dolor que sentía -del cual no hallaba el por qué- mientras trataba de levantarme.

Cuando conseguí ponerme de pie y colocarme mi ropa interior, por lo cual batallé, me dirigí al baño para poder darme un cálido baño relajante.

Lo que me sorprendió fue que al echar un vistazo hacia el espejo que había en el cuarto, mi cuerpo se veía lleno de marcas moradas por mi pecho, cuello, hombros, abdomen y espalda.
¿qué había hecho anoche?

Suspiré y caminé al baño, un poco cojo por el dolor que ya había aceptado que era en mi trasero. Todo iba bien hasta que al intentar abrir la puerta, ésta se hallaba cerrada desde adentro.

Me desesperé, había olvidado por completo que compartía la habitación con uno de mis compañeros de banda. Y tampoco recodaba quien.

Seguro iba a ser el centro de burlas durante toda una semana. Sin embrgo no lograba recordar lo que había sucedido anoche. Un par de cervezas y todo se queda en blanco hasta que desperté.

Me miré al espejo nuevamente, tratando de buscar alguna respuesta en las marcas, si que eran muchas, había demasiadas en mi cuello y mis hombros, casi en la espalda.

La ducha ya no se oía más, tenía que buscar una manera de cubrirme para que no me vea quien fuera que estuviese ahí dentro.

Miré al suelo en desesperación, era demasiado flojo como para ponerme una camiseta, así que tomé una de las sábanas y me envolví en ella.

La puerta del baño se abrió, dejando ver una mata húmeda de rizos rebeldes. Mi compañero, se me quedó mirando como si hubiese visto a un fantasma o a un muerto, lleno de confusión.

-¿esta no es mi habitación? - Preguntó

-Si, pero también la mía, está mi equipaje ahí.- Señalé las valijas con el gran pinguino de peluche.

-Tú y tu pingüino.-Oí una carcajada de su parte.- Eres como un niño.

-Deja de reírte, no es gracioso.-Rodé los ojos con fastidio.

-No hagas ese gesto.- De repente se paró detrás de mí y comenzó a hacerme cosquillas, sacando ruidosas carcajadas de mí.

-Oye noo.-Como modo de defensa, me tiré al suelo, haciendome bolita hasta quense detuvo.-Ayudame a levantarme.

Estiré mis brazos ya que tenía flojera y dolor en el trasero como para levantarme. Una vez de pie, comencé a caminar hasta el baño, lentamente.

-Luke ¿por qué estás caminando como pingüino?

Tragué saliva y me metí en el bańo instantáneamente, sin saber que decir.

Only yours | Lashton smut| m-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora