Capítulo 22 🚗

542 94 137
                                    

—Ven, te prestaré algo de ropa —dice Megan y toma mi mano, sin darme tiempo de negarme o algo por el estilo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Ven, te prestaré algo de ropa —dice Megan y toma mi mano, sin darme tiempo de negarme o algo por el estilo. Decido hacer caso y guardarme mis palabras, siguiendo a Megan.

Cuando abre la puerta de su habitación, realmente ya no tengo valor monetario alguno. Ni uno, créanme.

Una cama de cuatro postes está en todo el centro, con una alfombra redonda peluda, blanca y decoraciones a ambos lados de la habitación. De un lado me sorprende encontrar una biblioteca repleta de libros, pero lo que me sorprende no es que lea, es la cantidad de libros que tiene.

En mi vida he visto tantos.

—Vas a quedarte, ¿cierto? —pregunta, haciendo que deje de intentar leer algunos de los títulos de los libros. Por lo que noté, la mayoría son de romance.

—No quiero retrasar mi regreso. Para mí lo mejor sería irme de una vez —digo. Me mira un momento antes de entrar por otra puerta y salir a los pocos segundos cargando una pila de ropa que deja sobre su cama.

—Pues, creo que a Connor le gustaría que te quedarás —dice. Muerdo el interior de mi mejilla para no responder.

A Connor hasta hace un rato le gustaría seguir besándome, ahora que conoció a tu hermana, no estoy segura de eso.

—Pues, claro, pasamos por mucho estos dos días, pero no somos amigos, solo una misión. Y ya la terminé, así que debería volver —insisto. Cada palabra me lastima algo en el interior porque, si me hubiese mantenido firme en ser solo una misión, de seguro no sentiría ahora que mi corazón se desangra de apoco...

—Entiendo, pero, a mí también me gustaría que te quedarás. No me han permitido invitar a nadie porque, bueno, es el día de mi hermana. Pero a ti sí puedo invitarte porque el novio también te quiere en la fiesta —comenta, sonriendo de lado y señalando toda la ropa en la cama—. Tengo ya un vestido asignado para la noche, pero si te quedas, podemos elegir otro —dice ahora. Sonrío.

—Vale, pero no me dejes sola o me verás yéndome por entre los árboles —prometo. Ríe suave.

—No lo haré. Ven, puedes elegir lo que quieras —promete. Cojo aire viendo la cantidad de ropa para escoger y camino hasta ella.

Pasamos la siguiente hora riendo como nunca, de verdad me gozo cada segundo de esa hora junto a Megan, armando conjuntos que lejos de ser lo ideal para una boda, más bien parecían disfraces, pero que amé armarlos.

Siento que esto es lo que hacen las chicas, ¿no?

Hacen reuniones con otras chicas, hablan de ropa, maquillaje, chicos... De seguro no todas prefieren saber a cuánto tienen modificado su motor...

Megan me ayudó a elegir entre dos vestidos que me fascinaron en cuanto los vi, pero solo uno fue el ganador. Usaré las palabras de Megan para describirlo: es azul turquesa, casual elegante, ideal para una boda de tarde-noche, es largo, de tela fresca, con un escote en V hasta la mitad de mi estómago y con tirantes cayendo por la parte de atrás hasta el talón.

CONDUCTOR DESIGNADO 🚗 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora