Narra Connor.
¿Conocen el dicho "salvado por la campana"? Pues, yo obtuve eso. Justo cuando estaba posicionando mi miembro en la entrada de Mariah y su boca se movía sin control contra la mía, la puerta comenzó a sonar.
Mariah refunfuñó cuando pregunté quién era, aún con sus piernas aferradas a mi cintura, instándome a terminar de hundirme, pero al escuchar el llamado de su padre, no le quedó de otra que obedecer y levantarse.
Y ahora, ¿qué puedo decir de lo que estoy escuchando?
El padre de Mariah nos ha contado que para este fin de semana se llevará a cabo una celebración en honor a K y su estúpido novio.
Novio, ¿pueden creerlo?
Mi colibrí no tiene novio.
En fin, la celebración sería para confirmar el compromiso de ambos.
Ahora, repítanlo varias veces en sus mentes, y mientras más lo repitan, menos sentido tiene.
—Sé qué es una gran sorpresa, pero toca ir a apoyarla, ¿no? —pregunta el padre de Mariah.
Absolutamente nadie en la sala dice nada, pero sí siento sus miradas sobre mí.
Puede que noten mi intento de cumplir la promesa que les hice hace meses atrás, pero eso no quiere decir que no se me note por los poros que sigo queriendo a K con locura. Así que, supongo que todos esperan que esté noticia me duela, y obvio que lo hace.
Suspiro antes de pensar bien mi siguiente pregunta:
—Ese hombre, ¿lo conoce? —pregunto porque sé que todos esperaban que dijera algo. El padre de Mariah asiente.
—Es un buen hombre, tenemos negocios en común —admite. Juego con la saliva dentro de mi boca.
Un buen hombre no va por ahí, tomando una mujer que quiere a otro.
Así que no, ese hombre no podría ser bueno nunca.
—¿Por qué Megan no nos ha dicho nada? —pregunta ahora Mariah a mi lado, tomando mi mano por encima de mi pierna y devolviéndome al presente.
Esa pregunta me interesa.
—Supongo que no lo sabe. No lo sé, querida. De hecho, el que me ha comentado sobre la fiesta fue el hermano de la pareja de Kiran —explica y vuelve a buscarme con la mirada.
Nada en mi mente tiene sentido, pero después de lo que estuve a punto de hacer hace un rato, nada lo tiene.
¿Casarse? ¿Con un hombre que conoció hace solo unos meses?
Sí, lo sé, nosotros solo estuvimos juntos tres días, pero sé que nunca nada antes de eso valió la pena para ella y nunca nada después de eso, ha valido la pena para mí.
No puedo, no puedo aceptar esto. Me levanto del sofá, viendo a todos, en especial a Mariah, y pienso bien mis siguientes palabras:
—K tiene mi apoyo, pero no tendrá mi presencia —zanjo y me giro, saliendo de la sala para seguir caminando hasta la salida.
No soy lo suficientemente fuerte como ella para ver a la persona que amo, casarse con otro. No, no puedo.
—¡Connor! —me llama Mariah antes de subir al auto. No me giro, espero que diga lo que dirá y me deje ir—. Han pasado casi dos meses, Connor, no puedes pretender que ella siga aferrada al recuerdo. Merece ser feliz —declara. Cierro los ojos, no pudiendo controlar mis siguientes palabras:
—¿Y yo no? Yo también merezco ser feliz, Mariah. Y me guste o no, mi felicidad va de la mano con la de ella —reconozco y subo, sabiendo que he sido un idiota con eso último.
Salgo derrapando, viéndola en el espejo retrovisor.
Por inercia, conduzco hacia el mar, justo a la misma altura en la que estuvimos ese día. Salgo del auto, cogiendo el abrigo que está en el asiento trasero. No me lo pongo, lo lanzo en la arena y me acuesto sobre él, suspirando.
¿Qué haces, colibrí?
¿Lo haces porque es lo que quieres o porque quieres obligarte a olvidarme?
Si es lo último, no lo hagas. No me olvides.
¿Por qué casarte con él?
No quiero aceptarlo, no puedo aceptarlo.
Puedo prometerte que estoy intentándolo, joder. Estoy pensando una forma que funcione para librarme de mi matrimonio con Mariah y buscarte, pero colibrí, no puedo hacerlo si tú también te casas con otro hombre.
Si haces eso, estarías renunciando por completo a estar conmigo... A estar juntos.
¿Quieres eso?
Maldigo porque no sé en qué momento esas ganas de fastidiarte para ver qué tanto sabías hacer, pasaron a convertirse en ganas de protegerte al verte perder el control cuando asesinaron a Scott, pero no perdiste nunca de vista tu misión.
Y esa era yo. Esa era mantenerme a salvo.
Me cautivaste desde que aseguraste que no servirían de nada mis intentos de coquetearte.
¿Qué crees, colibrí?
No funcionaron porque caí primero. Me ganaste por completo al verte sobre mí, enderezando tu pie y reteniendo un grito de dolor, solo para sacrificarte y sacarnos de ahí. Justo ahí pude haber muerto por ti y hubiese muerto feliz, porque justo ahí ya me había admitido en mi interior que la conductora designada era la indicada para revolver mi vida.
Y lo hiciste.
Lo haces.
Necesito más de tus mejillas rojas mientras te beso. Necesito más de tus manos tímidas, tocándome mientras te hago el amor. Necesito más de tu boca pidiendo que no me detenga.
Necesito más de ti, pero más que eso, necesito darte todo de mí.
No puedes casarte con él porque, ¿qué sentido tendría mi vida luego de eso? Ninguno.
No es que uno muera de amor, uno muere por decisión a no querer seguir viviendo en un mundo en el que, la persona que uno ama, ya no lo comparte.
Y yo no estoy listo para morir, y sé que tú tampoco, así que, lo lograremos, colibrí.
Lograremos ser el colibrí y su paquete.
Lo prometo.
Sin darle más vueltas, ya sé lo que tengo que hacer, sin importarme que no sea lo correcto. Lo correcto nunca ha sido mi favorito.
Bueno, piensen con cabeza fría: ¿Qué creen que trama Alek?
Pd: Les traje este cap hoy porque me enteré que es día de la mujer. Y, oh, sorpresa, yo soy mujer, jajajaja. Así que, ajá, para celebrar. Lamento que no sea un gran capítulo, pero bueno.
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CONDUCTOR DESIGNADO 🚗 [Completa]
RomanceLibro 1 de la Trilogía Amores Designados. Su misión es entregar el paquete con vida en un máximo de cuarenta horas... Cuarenta horas parecen ser nada cuando el paquete se convierte en lo único que quieres mantener cerca de ti. ¿Logrará su misión? ¿E...