Capítulo 31 🚗

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Narra K

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Narra K.

Despierto por el agua fría que lanzan contra mi cuerpo. Abro los ojos y la boca por la sorpresa, deparando en el hombre con máscara frente a mí que sostiene la cubeta.

Mi corazón comienza a latir de forma desesperada al notar que todo está mal. Empezando por el hombre con máscara, claro. Segundo porque cuando veo a los lados, me encuentro con un galpón parecido al que conocí cuando empezó mi misión con Connor. Tercero y último, ¿qué diablos hago aquí y quiénes son ellos?

Проснулся (Despertó) —dice el hombre, girando su cabeza para hablar, ni sé a quién. Eso que dijo, definitivamente fue ruso, pero ni idea de su traducción al inglés.

—Al fin, creí que te habían drogado. Has dormido demasiado —declara otro hombre que sale de entre las sombras. Lo deparo de cabeza a pies.

Él, a diferencia del que me despertó, no lleva su rostro cubierto.

Va vestido con un abrigo negro que oculta su ropa debajo del mismo, y un pantalón negro con zapatos a juego. Me fijo de nuevo en su rostro: blanco, cabello castaño, con una barba perfectamente cortada, nariz perfilada, ojos cafés, casi tirando a color miel y cejas pobladas.

—¿Quiénes son y qué quieren? —pregunto, llenándome de valentía porque, por si él no lo sabe, en la cárcel tenía dos chicas que me daban hasta la madre, así que necesitará más que unos cuantos golpes para doblegarme.

—Te hemos visto con Connor Campbell. Tú fuiste quien lo llevó —declara. Alzo una ceja al escuchar eso.

No me jodas, no pueden ser los mismos hombres.

¿Qué quieren de mí?

—Ya se casó, así que, para lo que lo quieran, no van a lograrlo conmigo —advierto, sosteniéndole la mirada. El tipo ríe ronco.

—¿Tú crees? Yo digo que sí. Realmente no me interesa, ¿sabes? Él no me interesa, pero no me gusta que se me vea la cara de idiota y su padre lo ha hecho. ¿Me ves cara de ser idiota? —cuestiona. Alzo una ceja y sonrío burlona.

—No te gustaría saber mi respuesta —admito, burlesca.

—Resultaste graciosa, lo noto —destaca, extendiendo su brazo a un lado. No sé de dónde porque no le quito la mirada a él, aparece una silla y él la coge, sentándose de frente a ella, apoyando sus manos en la parte superior del espaldar y viéndome fijamente.

Quisiera decir que no me intimida, pero él no es quien está atado, así que no llevo ventaja alguna aquí.

—¿Qué tienes con Connor Campbell? —interroga. Río fuerte, sin gracia, pero hasta sueno contagiosa porque sonríe, ladeando su cabeza hacia un lado.

Quisiera tanto que mi respuesta no sea verdad, pero lo es y eso deja una desazón en mi cuerpo inexplicable.

—Absolutamente nada —zanjo, dejando de reír y volviendo a darle frente.

CONDUCTOR DESIGNADO 🚗 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora